Entre pucheros

Como quien come y calla y no pregona
su oculto anhelo de dejar a medias
el menú de zozobras y tragedias
que el curso de la vida desazona,

vuelvo a tragar tu escasa comilona,
mientras el flaco corazón me asedias,
Tomasa de un amor que no remedias,
dudosa Dafne con mandil de lona.

Pondré, de tanto en tanto, algunos peros,
si me haces, día a día, tus pucheros,
de los que llevo nadie sabe cuántos

pero, aunque el guiso te quedara hoy soso,
Tomasa, o Dulcinea del Toboso,
menos laureles quiero que quebrantos.

 

Un sabor tradicional puede resistir los altibajos de la memoria.
Un saludo, Tomasa.

 

Muy bueno, con ese estilo tuyo tan especial. Un gusto leerte.

 

Excelente composición !!! Un pacer pasar.
Saludos cordiales.

 

Nada como una buena comida para sobreponernos a la adversidad. Un saludo, goodlooking.

 

Me alegro de que te agradara este soneto, Luciana. Gracias por tu visita. Un saludo.

 

Gracias, angelcesar, por tu comentario. Saludos.

 

Gracias, María. Saludos.

 

Creo que la cocina es la parte más importante de un hogar.

Es un placer recibir tu visita. Saludos.

 

Qué sufra por llorón

 

Pobrecito.

 

Sin duda alguna: "El que come callado, come dos veces".
Un gusto enorme degustar de tan delicioso poema.
Saludos cordiales.
Alfredo

 

Gracias, Alfredo. Cociné el soneto con amor. Saludos.