Espejismos de un poeta

Porque los mares son mares
y crujen sobre las rocas
y desafían al faro
con sus lenguas catastróficas.

Porque se alían con Luna,
eligiendo tiempo y hora,
para, en grandeza, lucirse
y dejarla, después, sola.

Porque prometen destinos
que sacian hambre y atrofia
y, en la mitad de la suerte,
"de bitácoras" los borran.

Porque acarician veleros
con voces de viento en popa
y al giro de su capricho
los silencian con su cólera.

Porque son espuma blanca
de orillas que se desdoblan,
y se tragan las almenas,
y las risas, y remontan
para borrar las pisadas
que en ilusiones se forjan.

Porque devuelven jornales
de sudores, gota a gota,
y se enriquecen con peces
que en sus fondos atesoran.

Porque cuentan de sirenas,
de confines, de albas bóvedas,
y te sumergen en islas
sin sueños, perdidas sombras.

Porque los mares son mares,
rostros de sal ilusoria,
espejismos de un poeta
que los miró de otra forma.


-Eva-

​

 

Espejismo con toda la intensidad que le es posible expresar.
"De las bitácoras" sería más correcto pero se va a nueve; así que "de bitácoras" puede ser una solución.
Un beso, Eva.

 

Muy bello, me encantó. Un gusto leerte.

 

Soberbia apología de lo bien que lo conoces, se nota que lo puedes ver y hasta surcar desde todas las ventanas de la casa.
Felicidades Eva

 

Me encantan tus coplas partidas por esa estrofa de seis versos cuyo nombre desconozco ( no to se pue saber), es un placer pasar por tu lírica, Eva, dedicada a esos mares grandiosos que siempre nos sorprenden, abrazos poetisa.

 

Querida Isabel, muchas gracias a ti.

"Ay, el mar, la mar..." Me encanta esta distinción del artículo que lleva a la dualidad. Cuando oímos de "la mar", aquí y en tantas otras muchas tierras, la personificamos, la querida y amada compañera. Pero cuando se habla de "el mar"...

Esta vez yo vi el mar, ese mar rotundo, y por extensión, la posible perspectiva de las cosas, ese ojo que mira desde distintos ángulos para crear y/o reflejar diferentes "verdades".

Es una suerte poder contar contigo y tu mirada, Isabel.
Un abrazo grande,
Eva

 

Así es.
Muchas gracias por tu apunte que paso a corregir.
Un beso, Sergio.
Eva

 

El gusto es mío, muchas gracias, Luciana. Un abrazo,
Eva

 

Muchas gracias, Maino. Un saludo cordial,
Eva

 

Estimado Alberto, claro que no todo se puede saber. En realidad es un romance que fui separando por estrofas. Esa que mencionas consta de un número de versos diferente y es normal que te llamara la atención.
El placer es mío, muchas gracias por leerme con detalle y por tu compañía.
Un abrazo,
Eva

 

cierto, eva. la poesía es espejismo.

es 'desafiar al faro con lenguas catafróficas' de modo que lo que tocamos con la mano se vuelva algo mucho más hermoso. al tacto de la poesía, las espinas se convierten en petalos, las inquietudes del espíritu en sirenas y los mares tempetuosos, en literatura. es una ilusión, por supuesto - pero se hace necesaria para pasar la tormenta.

me gustó mucho el lenguaje que usaste en este poema.

un gusto, ya sabés. salud a vos, eva.

 

Sí, charlie, la poesía es un "refugio de naúfragos", esa estrella polar que anima, acompaña y enriquece el viaje del momento.
Y tu comentario, un compañero, hecho de versos, perfecto.

Están siendo días de mar bravío, si vieras cómo está aquí...parece que se ha vuelto loco, tan bello como feroz. Impresionante.

Muchas gracias, charlie, el gusto es mío, desde luego. Un abrazo y salud,
Eva

 

Yo solo sé que es todo un lujo leerte, Eva, porque escribes "la mar" de bien....
No tiene desperdicio ninguna estrofa, pero quiero destacar esta....

Porque se alían con Luna,
eligiendo tiempo y hora,
para, en grandeza, lucirse
y dejarla, después, sola.
​

¡Ay!, los mares (y los bares).... ¡qué lugares!
Un admirado abrazo.
Javi

 

Jajaja no hay como el calor de Javier en un poema

¿Sabes? Yo también descataría esa estrofa de este humilde poema y me alegra mucho la conexión.

Muchas gracias, eres un compañía formidable.
Un fuerte abrazo
Eva

 

Precioso poema Eva, un placer leer tu obra. Un abrazo con la pluma del alma

 

Muchas gracias, José, por tan gratas palabras. El placer, sin duda, es mío Un abrazo.
Eva