¡Oh, Luna!

Luna, algún cráter de tu oculta cara
tiene nombre de gato. ¿Quién maúlla
en esos prados del Odiel con cuya
ribera seca Marte se compara?

Luna, eres pie de la virtud sin tara,
demediada o entera, o con casulla,
colmillo de elefante que patrulla
la mala noche y la vigilia avara.

Ten piedad del dormido, y del despierto
que necesita de la noche oscura
para volver sin parecer un muerto.

Asómate al balcón de mi locura
con la intención de no dejarlo abierto
cuando pase el camión de la basura.

 

Es un poema que encontré en un lápiz de memoria, sin título , grabado en 2016. No recordaba haberlo escrito. Si no fuera porque la comparación entre el Odiel y Marte, así como la imagen de la Inmaculada Concepción de Murillo son muy de mi imaginería no me hubiera atrevido a publicarlo. Y sí, el tono autoparódico también forma o formaba parte de mi modo de escribir, no lo negaré. Gracias por comentar. Ya no escribo estas cosas. Un saludo. Luis

 

Siempre he pensado que los buenos versos son una fuente de inspiración y de enseñanza.

Buen poema.
Saludos.

 

Una suerte encontrar este magnífico soneto, Luis.
Un regalo para todo amante de la buena poesía.
Saludos.
Isabel

 

Un poema muy sutil.

Saludos