de cómo saber si sos el mesías.

de cómo saber si sos el mesías.

cuando la obstinación continúa atravesando
el pensamiento una y otra vez
como un guijarro disparado
hacia el ojo ciego de la noche,
sin ceder un ápice tu posición
ante cualquier atisbo restante de raciocinio
debería ser bastante sencillo deducir

que tratar de detenerte
no tiene sentido alguno,
y que en realidad no se necesita
ninguna discusión adicional acerca de ello:

vos sos el elegido de los dioses,
nacido
de una flor del desierto de mahoma
o de los fotogramas fascinantes en las arenas de dune;
de una puesta del sol infinita
estrellándose contra la costa más lejana
del tercer mundo
donde cualquier vestigio de razonamiento
se despedaza sin compasión contra el filo de las rocas.

todo ésto ocurre apenas
atravesando el pensamiento
de una mente liberada de sanedrines y de críticas molestas

- quizás por una zarza ardiendo que te susurra suavemente ​

acercándose a tu oído-
aún cuando el rojo carmesí descansa pálido entre las manos
como queriendo apartar un cáliz
que sin duda nos veremos forzados a tomar…

sí. por supuesto que este comportamiento
ya forma parte de tu vida cotidiana
porque a estas alturas cada átomo de tu cuerpo
ha sido meticulosamente preparado para la gran misión
que solo los más prístinos elegidos están dispuestos a tomar

aún cuando eso significa refugiarse dentro de un abismo
guardado por un ángel
que, brillando como lluvia radioactiva,
sostiene a su diestra una espada de fuego.

también de tu mano irradia ahora
una luz cegadora

- pero no la ves​

también los besos han dejado de saber a nada

- pero no los desechás.​

igual que una tarde primaveral y lluviosa
se transforma de manera súbita en un verano de rencor,
quizás por la vocecilla incesante de una zarza ardiendo
que ladinamente va susurrando en el oído
para quitarse ella misma
un poco el aburrimiento.

 

Tus primeras líneas que cito, definen muy bien esa patología.
Claro que hay "elegidos de los dioses" a gran escala y que hacen del mundo un escenario de juego, de poder, basta contemplar la historia; pero también hay pequeños mesías miserables cuyos egos fueron inflados por algún eventual, mínimo éxito.
Ídolos de barro, ídolos de barrio, con una misma enfermedad llamada soberbia, ceguera, chatura espiritual...
No podemos cambiar nada, pero decirlo es demostrar que no pudieron quitarnos la capacidad de conocer sus manejos.
La clave está en no entregar lo más poderoso que tenemos, que es nuestra mente.
Tampoco el corazón.
Fue un gusto recorrer tus letras, destaco la claridad de tus ideas porque son genuinas y las comparto.
Muy feliz domingo y salud, siempre.

 

Es ciencia ficción.

Parece ciencia ficción. Feliz finde.

 

Sublimes versos.

Un saludo cordial.

 

Muy buen poema he leído. Un abrazo con la pluma del alma

 

Me encantó el poema, charlie ía. Un saludo.

 

no pondría ni quitaría una coma a tu comentario, cecy cecy. me parece que sos muy buena crítica literaria, te diré.

sobre la susodicha patología en particular, seguramente es algo que siempre ha estado allí, sin embargo la idiotez de las redes sociales y del siglo veintiuno han proporcionado el caldo de cultivo más propicio para todo tipo de alucinaciones. me temo que en estos días tenemos más salvadores por metro cuadrado que médicos, maestros, carpinteros y gente que de verdad aporta a la comunidad.

y así nos va.

gracias luis. es bueno llamarle a las cosas por su nombre, tenés toda la razón. en estos días, mirar las redes sociales puede hacer tanto daño a los ojos como mirar directamente al sol.

la vida es sueño.

feliz semana.

gracias.

salud, chavalos.

 

gracias melementos. se hace lo que se puede.

un abrazo chepe. me alegra que te haya gustado.

gracias marcos.

abrazo y salud, chavalos.

 

Magnificas letras, charlie.
Incrustado, sí. En mayor o menor medida, se podría decir que el ser humano aún y más, mantiene en el cuerpo el maligno bicho del espíritu.

Ya lo dijo Charles Bukowski, "Cuando el espíritu se desvanece aparece la forma".
(aún hoy, uno de los más sangrientos) Lo siento.

En la aventura
de escribir
trabajarse
es coexistir.

Qué forma la tuya... Genial
Gracias
Saludos, charlie

 

Hoy en día el que no es el mesías es porque no quiere (u obviamente porque tiene dos dedos de frente) , y es que hasta hace unas pocas décadas los pequeños mesías miserables (y/o patéticos), como bien dice Cecy, limitaban su sagrada misión al bar, al sufrido rebaño de su oficina o a su comunidad de vecinos (cuando no al ámbito familiar), -y los más importantes y dañinos solo imponían sus mandamientos en latitudes y países en los que dios nunca fue ni por vacaciones-
... Pero ahora basta con poner en google la pregunta del título de tu poema, y en alguna página hasta te dan el carnet de mesias...
Y pecando de repetitivo vuelvo a lo de siempre: las redes sociales e interné. Y es que hoy cualquier tarado encuentra muy fácilmente su mayor o menor rebaño de discípulos (también tarados y/o muy ignorantes) y levita por encima del sofá (en el mejor de los casos y consecuencias)

Buen poema muy bien cerrado, René. Siempre es un placer leer a los grandes poetas del foro. Salud, compa.

 

gracias pues alicinha. yo de ese bicho conocido como espíritu santo desconfío bastante: mirá que eso de ser poseído por un ente transdimensional, revolcarse sobre el piso para luego hablar en lenguas muertas parece más un efecto del lsd.

o el truco de un estafador o ilusionista, dispuesto a cualquier payasada para cautivar las mentes de los imbéciles.

el espíritu no-santo sin embargo, el simple espíritu que forma nuestra consciencia - a ese probablemente vale la pena escuchar.

gracias por tu paso tuani alicinha.

pues sí luigi. las redes sociales a como son ahora - caldo de cultivo de engendros y monstruos- parecieran diseñadas por algún ente maligno, por ctulhu o por alguno de los horrorres cósmicos de la trilogía del fin del mundo, de john carpenter.

francamente, seres como el hijo del apartheid tienen pocas diferencias con sutter cane o con el líquido viscoso verde que convierte en zombies sin voluntad a quienes infecta.

he allí el tema: las redes sociales son incluso más peligrosas que el arma atómica.

el problema es que se necesita, además de sabiduría y reflexión, mucha valentía para atajar este problema... y de valentía la humanidad no va precisamente sobrada en estos días.

pues eso.

salud allí chavalos.