Lo que viene y lo que queda

Vendrá el mar con su miel blanca a dormir otra vez

en la orilla, vendrá el frío del invierno como un animal

de escarcha a lamer las raíces de tu árbol cansado,

vendrá la luz a su hora porque el sol es un reloj

celeste de agujas amarillas, vendrá el pájaro del sur

a tu casa con el laurel en el pico y una herida en los ojos,

vendrá la nube con la forma de un nombre que repiten

tus labios, vendrá el viento agitando su monstruoso abanico

entre la furia y el perdón; quedará la mímica del recuerdo

como un ejercicio de amor y despedida, quedará el estío

y la réplica de las estaciones en un carrusel multicolor

que transita la senda de los años, quedará la luna

y el misterio de la noche como un alfanje pálido

que esgrime el dios de los sueños, quedará el can

del olvido ladrando a tu sombra abandonada

entre sombras, quedaré yo si me ves en tus plegarias

como un ángel feliz que vuela con las alas de un niño.

 

Solo queda lo que es importante.
Esas huellas no se desvanecen con el tiempo y el olvido no las borra.
Siempre es un gusto leerte.
Muy feliz fin de semana.

 

Muy bonito.Besos desde anadalucía.

 

Gracias, Alde, por dejar tu comentario. Un saludo cordial.

 

Gracias, Cecy, por la lectura y el amable comentario. Un abrazo y feliz domingo.

 

Muy bueno como el otro que acabo de leer tuyo y de nuevo con un toque surrealista, me ha gustado mucho que escribas la palabra can.

Un abrazo hasta A Coruña.

 

Hermosa obra de arte. Saludos

 

Gracias, Ana. Besos para ti.