Pachito, un niño juguetón

Pachito, un niño juguetón

Desde cerca me saluda
un gran niño juguetón,
tararea una canción
que suena un poco ruda,
si le hablo de un tal Buda,
el me responde Jesús,
si le digo santa cruz,
me susurra ya te entiendo,
parece que estás crescendo:
no me apagues esa luz.

En su casa que es inmensa,
me ha invitado a pasar,
con ánimos de calmar
el hambre, la sed intensa.
Mira, que buena despensa,
te presento a mi familia,
ella es mi hermana Sicilia,
este es mi padre Anacleto,
conduce como Toreto
y en los pleitos reconcilia.

Entre bromas y sonrisas,
me muestra su lapicero;
me dice, siendo sincero
y sin hablar de premisas
ya dejemos los deprisas
y firmemos el contrato;
no es entre dos, es mandato.
Siéntete como en tu casa,
festejemos a la brasa,
hay cerdo, pollo res y pato.

Después de la francachela
de esta nueva bienvenida
espero que seas brida
que acopla en esta novela.
Nunca dejes esta escuela,
que sean momentos gratos
esta reunión entre gatos
en los tejados de casa;
ten cuidado con la grasa,
querido Poncio Pilatos.​