Que se tiñan de azul los cielos grises

Contemplo con mirada bondadosa,
que, a pesar de mis muchos avatares,
me sigues cautivando, mariposa.
¡Cómo envidio tu ausencia de pesares!

Solo quiero vivir este momento
en que todo se cubre de colores.
Olvidar de la guerra su lamento
y en campos de batalla sembrar flores.

Como la voz de mi alma que mendiga
una sonrisa abierta, una mirada,
una verdad piadosa que desdiga,
la otra verdad brutal y despiadada.

¡Que se limpien de escombros los países!
¡Que se tiñan de azul los cielos grises!
​

 

Muy bonito y lleno de color.

Saludos

 

Buenas. Es una pena que el nombre propio de Ulises no acepte plural, porque parece que hagas una llamada a la extinción de las sirenas, como si una vez muerto Odiseo el ser mitológico de la cola de pez no tuviera derecho a existir, a pesar del circo de Barnum. ¿Cuál sería el plural castizo de Ulises, ¿Uliseses? Ya no rima. Cachis. Un saludo. Luis

 

Gracias por dejar tu huella.
Un saludo.

 

Gracias, estimado Angel, siempre es una alegría encontrar tu generosa huella.
Un abrazo enorme.
Isabel

 

¡Hombre Luis!, un lujo de comentario el tuyo, por lo ilustrativo. Por cierto he ido a leer la información sobre "La sirena de Barnums", muy interesante.
Lo cierto es que ese verso salió rana y créeme que me duele porque el cierre siempre puede salvar un poema mediocre. Agradezco tu llamada de atención con ese estilo jocoso, tan tuyo.
El problema está en que, últimamente, no puedo desligar mis poemas del paisaje de la guerra. Con esos versos finales pretendía cerrar con las sirenas, si, pero las del horror. Sin los héroes de guerra, sin los "Uliseses", no habría sirenas.
Ya encontraré solución a ese verso.
Un saludo.
Isabel

 

¡Hola Castro! Me alegra mucho tu presencia.
El placer es mío por tu generosa huella.
Isabel

 

¡Luciana!, si, las mariposas tienen corta vida pero su presencia atrapa nuestra mirada que busca alivio en la belleza.
A veces se consigue, pero no del todo.
Gracias por tu calida presencia, y tu huella amable y generosa.
Isabel

 

Hola Vicente, el placer es mío. Una vez más, agradezco tu estimada presencia y la huella valiosa de tu paso.
Un abrazo.
Isabel

 

Muchas gracias querida Poeta, por acercarte a leer y dejarme tu estimada huella.
Saludos.

 

Un hermoso escrito con un cierre que llama a la atención.
Siempre es grato visitar tu espacio.
Afectos sinceros

 

Hola Eban un gusto enorme tu presencia en este espacio. Tambien para mi es muy grata tu presencia.
Con todo mi afecto sincero.
Isabel

 

Hola, estimado poeta, gracias por tu generosa huella en este rincón.
Un abrazo
Isabel

 

Caramba May, me dejas asombrada, qué hermoso comentario, amiga mía Mil gracias
Con cariño.
Isabel

 

Querida Isabel, qué hermoso resulta dialogar contigo en este espacio, con esa apacible voz poética y sabia que explica con serenidad, tantas verdades.
Como verás, hay días en que quiero pintar todo de azul y despejar los grises de la guerra, del dolor ajeno, de tantas causas que parece que he abandonado. Pero hay otros en los que creo que como poeta que ha denunciado en muchas ocasiones, conmocionada por las noticias, el dolor de los oprimidos,( y aunque el mundo ahora parece haber olvidado defender a los pueblos que sufren exterminio, y yo ya no sepa que decir que no haya dicho) opto por mirar cada día a la misma mariposa, para darme un respiro.
Creo que tengo el deber de denuncia las injusticias del mundo en que vivimos.
Besos mi niña.
Con la misma admiración y gratitud.
Isabel

 

Si, mi querido Andreas. La impotencia de lo que no podemos cambiar solo la alivia la belleza de un instante y la naturaleza con su generosa aportación diaria, porque ahí estaremos cuando ya no estemos.
Un abrazo entrañable, con todo mi afecto.
Isabel

 

De nuevo gracias por acercarte y regalarme tu tiempo y tu generoso comentario.
Saludos.

 

Ojalá, Amadeo, mi mariposa fuera la del famoso proverbio chino: “El leve aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo”. Pero que ese efecto mariposa fuera benéfico, y que el mundo cambiara como por contagio.
No sé si antes el mundo era distinto, o mi ignorancia me hacía creer que los sueños se cumplían. Soy de esa juventud que luchó por una vida mejor, que tenía ideales y una gran esperanza en que ese futuro se hiciera realidad. Ahora hasta me cuesta hacer un poema sin traicionar mi verdad. Y porque todos merecemos imaginar un mundo mejor, solo me queda aferrarme a la belleza de una mariposa, de una flor, de un amanecer o de un ocaso, del sonido del canto de los pájaros, de la alegría de ver llover como un milagro para limpiar nuestras calles y de paso nuestra propia alma.

Otra vez te doy las gracias por detenerte a leer y por tu generosa opinión.
Un abrazo grande
Isabel