Reflexión 3

Venimos livianos,
con hambre y con sueños,
nos vamos con calma,
con alma y sin dueños,
nos urge la herida,
de años pequeños,
que juntos
son más que momentos,
son vida y son muerte,
son ramos sedientos,

le cantamos a la eternidad,
y pensamos sin gloria,
porque el éxito se ha prostituido,
lo mismo un necio que un sabio orador,
lo mismo una moda,
que una sobria canción,

la realidad a veces se adorna con odio,
y la necesidad impera en la mente,
afluente de vividos sentires,

allá arriba,
vertientes de tiempo eterno,
acá abajo,
visiones que nublan recuerdos,
sentidos dormidos,
la vida no es más que un sueño real,

tempestades de ósculos agrios,
de muecas malditas,
de tentaciones viscerales,

sensaciones que ofuscan el habla,
silencios que aturden,
la muerte nunca fue tan temida,

livianos pasajes anuncian almas idas,
hacia cuencas de dioses,
desde sonrisas estelares,

oscuros pesares anuncian nuevos días,
las tumbas perdidas,
las estrellas apunto de apagarse,

la muerte ronda en los extremos,
de universos apunto de estallar,

como los pulmones de madres vacías,
como la energía de tantas supernovas,

como el tacto suave,
de una lágrima errante,
concentrando todo su dolor.