dos

La fatiga de la carne
carcome la fantasía
en su germen:
ya son fláccidos caudales
los que otrora fueron ríos
hoy estériles.

Las premisas de la lógica,
argucias de la intuición
que fue fértil,
hoy son páramos de hielo
donde la mente erra herida
a su suerte.

Cada día está más dura
la leña para el invierno
inclemente:
el hacha se hace pesada
para los vetustos brazos
blandengues.

 

Bueno... es un asunto que se presta a la filosofía.
gracias y abrazo
J.

 

Esto es una maravilla! Espero que estés bien y te pongás a hacer unas flexiones de brazos. Jaja. Fuera de chiste, me conmovió.
Un abrazo.

 

Sigo hachando y con cierta frecuencia remo, creo que sabes que vivo en la isla. Pero cada día se hace más difícil.
gracias y abrazo
J.

 

Un halo de melancolía recorre tus vehementes y sentidos versos, se deja sentir en el alma su pesadumbre mencionando con gran sensibilidad, lirismo y belleza el sentimiento que nos carcome cuando vemos disminuir nuestras fuerzas y capacidades con el paso del tiempo, pero así es la vida, nacer implica necesariamente morir, lo que intuímos vagamente, pienso yo, es si morir es para siempre... Bueno amigo Jorge que me ha encantado reflexionar a la luz de tus profundas y sensibles letras, miles de besos para ti llenos de admiración, gratitud y cariño....muááćkssssss

 

Unos versos crudos, poesía realista, se puede dar la batalla y sortear la realidad con la compensación , un mecanismo de defensa que resalta aquello bueno que tenemos, para minimizar las carencias...
Te abrazo, Jorge.

 

Partimos cuando nacemos,
andamos mientras vivimos,
y llegamos
al tiempo que fenecemos;
así que, cuando morimos,
descansamos.
dice don Jorge Manrique...

Sí, querida Isabel, un tono más bien melancólico el de este romance.

gracias y abrazo

 

Me dejaste pensando con eso de «poesía realista», querida Elba. No por su crudeza, pero sí por su sinceridad, quizás lo sea...

gracias y abrazo
J.