Sueño de aves ciegas.

Necesito afecto, tu roce.
esa tu caricia al pensarte.
Te pienso y te toco, me tocas,
Así estás conmigo y estamos.
Aunque calles me ves soñando
Aun si no te veo, tu sueñas,
Soñar, privilegio divino.
Sueño de aves ciegas y sordas
volando en espacios sonoros,
besando las bocas sin labios,
sin voz, sin palabras que canten.
Pieles que se rozan, sin roce,
espasmos de orgasmos soñados,
latidos, pausados, dormidos.
No estás, pero ya me has amado.
​

 

En estos versos, la poetisa está explorando la intensidad de una conexión emocional y física con alguien que está ausente físicamente, pero presente en pensamiento y sentimiento. Ella describe cómo, a pesar de la distancia o la falta de contacto físico, siente la cercanía y el amor de esa persona en su imaginación y en sus sueños.

Habla de una unión que va más allá de lo tangible, donde incluso sin palabras o contacto real, puede sentir la esencia de esa persona. Este amor imaginado y soñado tiene la capacidad de brindarle una experiencia emocional tan intensa que parece tan real como si estuviera ocurriendo en la realidad. La poetisa transmite una relación que existe en un plano íntimo y profundo, en el que los pensamientos y los sueños son suficientes para sentirse amada
.

 

Alde, gracias por tu gentil comentario. Un abrazo.

 

Querido poeta, Halcón o, gracias por tu expresivo comentario. Un abrazo.

 

Maravilla de análisis, yo misma no hubiera podido hacerlo. Muchísimas gracias por tan considerado comentario, poeta José Aníbal, un abrazo.