El premolar

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Primer intento, de niño,
de demostrar algo al mundo
y en aquel bosque profundo
deja en un árbol un piño.

Y vuelve a la bicicleta,
a la hecatombe proclive,
no hay dolor que le derribe
ni sangre en la camiseta.

El milagro se produce:
temblando en aquel sillín
el tan tierno benjamín
el mecanismo conduce.

Hecho ya un hombre completo
requiere mejor montura
que su genio y su figura
merecen mayor respeto.

Con mucho piñón y plato
deja de ser solitario
aquel verano becario
y enriquece su relato.

Pero la vida le ausenta
y se olvida del pedal
bebiendo en el manantial
que el destino le presenta.

Viajan raudo los decenios
y su hermana del pasado,
reliquia, se ha jubilado
ante mejores ingenios.

De montaña, de ciudad,
híbrida, de carretera,
nada como la primera
que le trajo libertad.

Su dicha en un manillar,
sus sueños de niño vuelan
por cielos que así novelan
el pino…y el premolar.

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Simpática narración versada de nuestra historia infantil que recordamos casi todos de niños, un sludo

 

Gracias
Cyrano

 

Gracias
Cyrano

 

Hermosos cuartetos a esa sección de la historia del muchacho. Un gusto leerte.

 

Gracias,Luciana.
Cyrano

 

Hola Cyrano: Con ingeniosas redondillas y tu bicicleta has desovillado un gran poema. Un abrazo. Amadeo.

 

Gracias, Amadeo. Es un placer que te haya gustado.
Cyrano