Despedida y encuentro

DESPEDIDA Y ENCUENTRO




DESPEDIDA Y ENCUENTRO


I

LA DESPEDIDA

Nunca olvidaré el beso de despedida en la estación, aunque han pasado más de 50 años desde que se fue en una fría mañana de 1940. Nos separó la dictadura que causó la guerra mundial más terrible. Ella tenía que salvar la vida huyendo a otro país. En aquella época, los derechos de las personas no importaban nada ante los intereses de los estados y los partidos políticos. Nada importaba la separación de una pareja de novios.

Llamamos la atención de la gente y nos miraron con recelo por las diferencias de la pareja que formábamos: un hombre alto y rubio unido con una mujer baja y morena: un alemán y una judía. Nuestro abrazo y beso representaba el intento imposible de permanecer unidos en medio de la guerra que nos rodeaba. Sentí hacia ella amor, tristeza, miedo de perderla para siempre y , pese a todo, una luz esperanzadora que apenas podía atravesar las tinieblas.

La locomotora de vapor emitió el silbido de salida tan grabe y potente que retumbó en toda la estación, pero seguimos abrazados hasta que el tren inició la marcha bufando, como si fuese un monstruo metálico enfurecido. No pudimos pronunciar ni una palabra. Ella sonrió y lloró al mismo tiempo, para expresar amor y tristeza. Yo sonreí y contuve las lágrimas hasta que salí de la estación. Entonces pude llorar a gusto, sin que nadie me mirase, porque llovía mucho. Levante la cara hacia el cielo para que las gotas de lluvia se mezclasen con mis lágrimas, parecía que la lluvia me acompañaba en el sentimiento, apaciguando mi tristeza.

Mientras me mojaba, pensaba que ningún dictador llora, ni siquiera podía imaginar a uno solo así. Todos los tiranos dicen que los hombres verdaderos no lloran y quieren imponer ese carácter a todos sus súbditos masculinos. También pensaba entonces que se pararían las guerras si las mujeres mandasen, porque son las portadoras de la vida, no de la muerte.


II

EL ENCUENTRO

Ahora nos separan más de 50 años y de 5000 kilómetros. Pese a todo, he conseguido averiguar su número de teléfono.:

Adaida 166 546 161 421.

Pienso que todos dejamos siempre nuestras huellas. La historia del universo es una serie interminable de causas y consecuencias que dejan siempre un rastro. También quedan grabados nuestros datos en los documentos oficiales y los ordenadores, pese a las leyes de protección de datos personales.

Tuve que marcar varias veces el número de su teléfono, para corregir los errores causados por mis nervios. ¡Estaba ella tan cerca y tan lejos…! Al final, sonó la señal de llamada. Entonces, carraspeé tres veces antes de escuchar sus primeras palabras:

— ¿Tell me?

Estuve casi seguro de reconocer su voz en esos dos monosílabos. Cambia mucho nuestro cuerpo con el paso del tiempo, pero la voz varía muy poco.

– God night ¿Adai …da? ¿Adaida? — dije, consiguiendo pronunciar bien su nombre en el segundo intento.

— Yes — respondió ella con un tono de duda y sorpresa.

—Soy Bastian — dije en nuestro idioma.

— ¿¡Bastian!? ¡Bastian! Cuanto tiempo… ¿Cómo estás?

No sabía qué contestar. En estos casos se dice: “bien”, por cortesía; aunque estemos mal; pero me salió la respuesta verdadera que no pude controlar:

— Estoy solo desde que nos despedimos en la estación.

Ella también dijo la verdad, creo que mi sinceridad la contagió:

—Yo también estoy sola. ¡Me alegro mucho de hablar contigo!

Desde entonces hablamos por teléfono con mucha frecuencia, casi todos los días. Siempre revivimos nuestros recuerdos juveniles, pero no queremos vernos para no romper el encanto. No quiero que ella vea los estragos que me han causado en el cuerpo la guarra y el paso del tiempo. Una bala perdida paralizó mis piernas para siempre. No quise contactar con ella hasta ahora, antes de que sea demasiado tarde.

Ya no se besan nuestros labios, aunque se juntan las ondas de nuestras voces, igual que se unen las ondas del agua sobre la superficie de un lago calmado. Pese a todo, nuestros sentimientos son tan fuertes ahora como los del día que nos despedimos en la estación.





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Me gusto
saludos.

 

Gustaría más este relato si tuviera un final feliz, pero la realidad es así de triste muchas veces.

Salud, ventura y amor.

 

Me gusta esta historia porque mezcla la intensidad de los recuerdos con la melancolía del paso del tiempo

 

Sería más bonita esta historia con un final feliz, pero la realidad puede ser así de triste, aunque siempre queda el amor.

Gracias por leer y comentar este sencillo relato.

 

El tiempo y la distancia no son obstáculos para comunicar los sentimientos.

Gracias por leer y comentar este sencillo relato.

 

¡Qué así sea!
¡Feliz año!

 

Gracias