Verde Infinito

Tus ojos verdes, dos faroles de selva,
cantan secretos al murmullo del río,
como si el viento, en su abrazo furtivo,
guardara en ellos su magia y su pena.
Allí se pierden las tardes ardientes,
como un jaguar que, en silencio, se inclina
ante la sombra de un verde infinito
que trenza la vida con hilos de siempre.


Son tus pupilas espejos del bosque,
un canto antiguo que el alma retiene,
musgo y rocío en la calma del tiempo,
un grito de selva que nunca se duerme.
Y yo, perdida en su noche sin freno,
voy navegando sus verdes corrientes,
como un viajero que busca en su brillo
el eco fugaz de lo eterno y lo breve.

 

Que excelentes versos nos regalas poeta. Se siente ese amor profundo combinado con bellas imágenes de la selva indómita que se confunden con el telón de fondo de la soledad que en la noche busca su espacio.
Ha sido un verdadero placer denerme y sumergirme en tus letras.
Un fuerte abrazo desde los poéticos cielos de este halcon.

 

Me ha gustado mucho este tema, muestra evidente de sensibilidad y oído. Con muy poco pulido, en su métrica y su rima, podría transformarse en un romance en dodecasílabos...

abrazo
Jorge

 

un poema rico en imágenes llenas de belleza poética.

 

Muchas gracias Halcón, por tomarte el tiempo de volar por aquí. Un placer que te haya gustado y que puedas ver las imágenes que intenté pintar. abrazos desde el fondo del mar.

 

Gracias Musador, por tan gentil apreciación. Ciertamente, me encantaría saber más de como transformar este escrito como mencionas... oídos abiertos!

 

¡El amor! ¡El señor amor, tan dulce y esquivo a la vez! Gracias por tomarte el tiempo de leerme y comentar. La Perla.

 

Encantada que te haya interesado y provocado sentir. Gracias por tomarte el tiempo de leerme y comentar!

 

Cuando te dije lo de los dodecas no había apreciado aún plenamente la calidad rítmica de tus versos. De arreglar algo, arreglaría los dos primeros para que concordaran con el patrón dactílico de los restantes. Te envidio muchísimo el oído.

abrazo
J.

 

¡Genial! Le daré un poco de más cabeza esta noche. Gracias mil, Musador.