Quintillas quincalleras quizás quemen quilos

Una quintilla sin plagio,
truco, engaño o pantomimas
a componerla me animas.
Pero tengo un mal presagio,
y es que se acaban las rimas.​

 

Nunca se acaban las rimas
si le pones corazón
y unas gotas de ilusión,
y si a las palabras mimas
tú me darás la razón .

 

Antonio tiene razón
cuando habla de ingeniería
pero le dio un pescozón
a un vecino de su tía
parecido a Camarón.

 

No es cámara un camarón,
ni un ave un cantamañanas.
No es un gran tiro un tirón,
ni tampoco catalanas
saben de lana un montón.​

 

Sí que saben un montón
las mujeres catalanas
que la que no tiene lanas
desarrolla vocación
y madruga en las mañanas.​

 

Siguen buscando mañanas,
con gran desesperación,
las esperanzas humanas.
No entienden de desazón,
pues nunca pierden las ganas.​

 

Cuando me llegan las ganas
casi todas las mañanas
mientras Dios me lo permita
me tomo una cervecita
y unas pocas avellanas

 

Te llevé hacia el terreno
de un tema muy escabroso,
arruinando un día hermoso
en las playas del Tirreno.
Me comporté como esposo.​

 

Si decimos revolar
es que se vuelve a volar,
echar el vuelo otra vez,
!vaya revuelo, pardiez,
me voy a sobrevolar!

 

Esto de sobrevolar
campo y ciudad con los drones
resultan serias cuestiones
ultrasecretas sin par.
Voy sacando conclusiones.​

 

Veamos tus conclusiones
si a bien tienes explicarlas,
yo te prometo escucharlas
y dar luego mis razones:
serían amenas las charlas
​

 

Escasean las franquezas
y sobra la impunidad,
luego que de esta ciudad
se robaran las riquezas
con una extrema frialdad.​

 

Su cara es la frialdad
porque es por definición
la causa de su aflicción
por no decir su maldad
!madre mía, qué bribón!

 

Se merece aquel bribón
repetir el preescolar,
ya ni sabe saludar;
que le den el biberón
y lo alterne con llorar.​

 

Bien conozco de llorar
y no crean que de risa.
Transité por la cornisa
de un sórdido lupanar
por aquella pitonisa.​

 

Fui a ver a una pitonisa
para saber mi futuro,
pero estaba todo oscuro,
así que me fui deprisa
pero con paso inseguro.​

 

Ante el papel inseguro
me veo todos los días
pero en el fondo me auguro
que tú no me fallarías
de eso puedo estar seguro

 

De algo puedo estar seguro:
ya no me trago tu cuento.
Es causa de este tormento,
la pastilla de cianuro
que ofreces cada momento.​

 

Hoy por hoy, por el momento
aún aguanto lo que me echen
por eso vivo contento
y aunque algunos me desechen
soy más duro que el cemento

 

Tengo suelas de cemento.
Frankenstein, monstruo me llaman.
Mis dos neuronas me inflaman
con descargas que no siento.
Ni los vampiros me aman.​

 

Las personas que te aman
con un amor verdadero
son aquellas que te llaman
por tu nombre y te derraman
su cariño por entero.​

 

Paso revista y entero
me percibo en este día.
Hubo agravios sin tutía
y también un verdadero
amor que trajo alegría.​

 

Llegaba con alegría
a escribir una tontuna,
pero qué mala fortuna,
porque ha venido mi tía
que es la mar de inoportuna.
​

 

En tu vida, inoportuna
encontrarás mucha gente
y si tienes la fortuna
de mirar siempre de frente
será tu mejor vacuna.

 

Me zamparon la vacuna
en mis nalgas prominentes.
Las mujeres, insolentes,
gritan desde la tribuna
que me van a hincar los dientes.​

 

Son muy bonitos los dientes
de la prima de Susana
y le gusta unos los docentes
que han venido de la Habana
a curar a unos pacientes.

 

Compa Maroc, mira si puedes revisar tu tercer verso porque aun con sinalefa cuento un enea.

Hartos ya de ser pacientes,
de acallar hambres y penas
de sufrirnos sus condenas
y acatar como sirvientes,
¡Hoy rompemos las cadenas!​