Café Extravagante Ville Valo.

¿Y ahora bailamos tres?

La verdad es que no sé en qué momento sucedió. Primero estaba yo, luego estabas tú, y ahora está él, o ella, o quién sabe qué tercer ente que de pronto nos acompaña a bailar en esta pista demasiado pequeña para dos y ridículamente cómica para tres.

No es que me moleste. Bueno, un poco. Pero más me intriga, porque, vamos, ¿en qué punto la danza dejó de ser un dúo? ¿Fue cuando nos miramos en ese bar con demasiados espejos, y al girar nos encontramos con una sombra extra en el reflejo? ¿O fue cuando te reías de sus chistes mientras yo pensaba en cómo encender el cigarrillo sin parecer demasiado dramático?

"¿Y ahora qué hacemos?", preguntas tú, y no sé si la pregunta es para mí o para él. Lo miro de reojo, tratando de entender si también se siente fuera de lugar, pero no, ahí está, tan cómodo como si siempre hubiera estado aquí, moviéndose entre nosotros con esa habilidad sospechosa de quien sabe que no va a tropezar.

"Pues bailamos, ¿no?" digo, porque no se me ocurre otra cosa. Y entonces empieza esta coreografía absurda: tú ríes, él gira, yo intento seguir el ritmo, aunque sospecho que estoy pisándome los propios pies.

El problema no es que seamos tres, sino que somos demasiado buenos fingiendo que no pasa nada. Como si la música fuera suficiente para explicar la geometría improbable que estamos trazando. Y claro, hay risas, hay miradas furtivas, hay silencios que parecen más palabras que las propias palabras.

Pero luego, inevitablemente, llega ese momento en el que todos pisamos el mismo maldito pie al mismo tiempo, y el hechizo se rompe. "¿Y ahora qué?" preguntas otra vez, pero esta vez con una risa más nerviosa que sincera.

Yo sugiero que nos sentemos, que pidamos algo de beber y dejemos de complicar a la física. Pero no, tú quieres seguir bailando. Y él, claro, no se queda atrás. Así que aquí estoy, atrapado entre una especie de comedia romántica y un mal sueño, preguntándome si esto terminará en una escena de amor, en un desastre, o, peor aún, en una canción lenta.

Al final, supongo que no importa. Bailamos tres, y aunque el mundo no entiende nuestra danza dislocada, nosotros seguimos moviéndonos, tropezando, riendo. Porque, al fin y al cabo, ¿quién dijo que los tríos no pueden ser ridículamente perfectos en su caos?

 

Es que amar es compartir...

Jajajaja... la vida está repleta de momentos y sitios.
Como la vieja historia del barbón y el médico.
¿No la conocen?... faltara menos, la transcribo de seguido.

Erase un señor que solía enfocarse en el momento pero descuidaba el lugar.
Así el barbudo solía rasurarse a las 07:00 cada día... hasta que una mañana le sorprendió en un vuelo y no atinaba a donde ir a rasurarse, pues de entrada en el aeropuerto le requisaron la navaja de afeitar, y todos sus implementos de higiene se hallaban en el dock de carga.
Pero bueno, resulta que el barbón solía encontrarse con un amigo médico casi a diario en el camino al trabajo.
El barbón aprovechaba cada ocasión para comentarle su salud al médico, que como buen amigo le daba indicaciones.. !!!y hasta le recetaba!!!

Un día viendo el médico que la barba estaba algo descuidada le preguntó al barbón en medio de una "consulta"... -¿cuando te acuestas a dormir pones la barba encima o debajo de la cobija?

El barbón se quedó pensativo en algo que nunca antes le había prestado atención.
Esa noche puso primero la barba encima... pero suponiendo que la pregunta del médico tenía que ver con su salud... luego la puso debajo.
Al cabo de minutos la puso encima... y así se pasó la noche en esa inquietud.

A la mañana siguiente el hombre malanochado y descompuesto tenía el rostro desencajado y la duda le carcomía la tranquilidad.
Apenas divisó a lo lejos a su amigo el médico le gritó y alcanzó corriendo...
- UFFF viejo amigo... he pasado una noche terrible -
- ¿Por qué has pasado malo noche amigo? -
- Tu pregunta de donde ponía la barba me ha dejado angustiado y no he podido dormir. ¿Afecta eso mi salud?-
- No en nada - le respondió el médico.
- ¿Entonces por qué me preguntaste eso? -
- Ah... era simple curiosidad -
- Pero que como médico me preguntes eso en media calle,, me deja pensar que afecta mi salud-
- ¿Acaso tengo mi consultorio en media calle?- le dijo el medico.
- Si quieres recibir una consulta correcta debes ir a mi consultorio. En mitad de la calle se puede comentar cualquier cosa-

Cada situación tiene su tiempo y sitio.

Saludos cordiales.

 

me encanta!
son unos genios y yo ...? estem
perdón puedo ir al baño ?que me muero de risa
y si bailamos la tarantela ?

 

ah me equivoqué sin querer es que justo escribía de los celos porque me dió un ataque de locura

 

Recuerda que yo le voy al Necaxa...

Y si mi dominatrix se entera me mata en serio!!!

Jajajajaja

 

Escribes con otra y me juras amor ? ja, carajo!

 

al que le quepa el saco que se lo ponga
yo celosa?

 

Celos del aire que te toca,
del sol que te envuelve.
Soy más que veneno, no te acerques, soy justicia, vivo luchando con mis monstruos, buscando la armonía entre mis lobos.
Yo busco paz y vos alimentas mis bestias, me pones en pie de guerra,
las palabras también hieren y hasta matan.
La hipocresía y la mentira enervan mi sangre, pero no voy a convertirme en lo que vos sos.

 

A veces estamos tan presentes que nos volvemos invisibles..
A veces hacer tanto, no suma, sino resta.
Te esfuerzas tanto en estar para esa persona, y lo estás, tan incondicionalmente, que se vuelve normal.
Porque saben que vas a estar siempre... Sin excepción.
Saben que tú vas a estar ahí.
Porque puede faltar cualquiera, pero tú jamás.
Porque estás tanto que se acostumbran, que dejan de valorar lo que haces, que no ven tu esfuerzo.
Se vuelve algo común.
Y es irónico, porque una vez que encuentran a una buena persona y encima tienen la suerte de poder tenerla a su lado, deberían cuidarla, pero por el contrario la descuidan.
Por qué las buenas personas son las más mal tratadas?
Estamos en el mundo del revés...
En esta sociedad hay que ser malo para que te quieran, y bueno para que no?
Es algo que nunca voy a entender.
Le agradecen al que está una vez, pero a tí que estás siempre, ni te ven.
Esto demuestra que muchas veces los ojos no hacen falta para ver....
"Los ciegos no son aquellos que no ven, sino los que ven sin saber apreciar".

 

Ay... nos pusimos meditabundos, filoestoicos, con funeral de por medio y la desdicha de ser la ficha segura despintada por la ficha dorada de la suerte esquiva... en fin... a ver que se me ocurre.

ehhhh...

y si en ves de decirte " te amo"
dijera que odio esas piernas lejanas
de mis labios leporinos por el vacío
que en cuanto cae el rocío
siento que me queman llamas
en mitad del .... verano...

No no no queda.... a ver otra cosa.

Que pudiera ansiar el poder de bajar las estrellas
para acercar tu brillo hasta mis ojos



pudieran mis ruegos de hinojos
lograr el perdón de tus querellas

pero si te digo que te amo
te peleas con los demás
y si te digo que te odio
los demás se pelean conmigo

ya pues en medio de estas batallas solo queda aceptar
que el riesgo vale el premio
de un momento de cálida complacencia
para disfrutar la imagen
de tu risa franca
y la burla de este loco entrometido
que siempre te amará en lo imposible
porque si fuera posible
me mata mi señora
y esto no rima...

Besos con cariño y respeto su Serena Majestad!!!
Smuakisss

 

jajajaja


Amo a las personas que me hacen reír



Muchas gracias

 

La historia de un poema.... (leer al final)

Siento que se me baja la presión.

Siento que se me baja la presión...
y se me sube la nostalgia
de las tardes de soledad.

No te vayas aún...
que tus pasos al alejarse
secan mis ojos.

No te vayas aún...
que mi corazón sigue tus pasos con cada latido
y me alejan igual de mi vida.

No te vayas aún...
que mis manos se secan
al perder las humedades de tu piel.

No te vayas aún...
que mis oídos quedan sordos
con cada golpe de tus tacones apagándose.

¿Por qué decirnos hasta mañana?
si aún podemos decirnos...
hasta morir en tus brazos
que en medio de un amor
la muerte es dulce
que en medio de una pasión
un quejido... es poesía.

No te vayas aún...
que mi olfato hiede la amargura de tu despedida.

Dios mediante me cruzaré de nuevo contigo
el día que las nubes tapen discretamente el sol de la mañana
mientras los gorriones le arrancan dulces trinos
al siseo de la música que escucho.

No te vayas aún...
que en la boca siento el metálico sabor de la muerte queriendo amarme
al saberse
que ya no tendré razón de vivir.

No lloro por ti...
lloro por mí
por como me sentiré al verte partir

Igual sé... que alguna noche la blanca muerte y yo
iremos juntos a la cama... a hacernos el amor,
nos fumaremos un cigarrillo
y entre vasos de vodka e historias de nuestros encuentros
ella se reirá de mi...
(claro ... le es tan fácil reírse a una calavera),
yo me reiré con ella
y nos iremos juntos a recorrer la noche
por siempre.

Muerte....
indícame el camino al precipicio donde se halla el árbol
cuya rama asoma sobre la nada
y allí poner la cuerda que deslizándose sobre mi cuello
acabe de una vez,
rauda y sin trabas,
esta existencia mía,
vacía,
sucia,
dolorosa...
por la ausencia de aquella
a quién tanto quiero.

 

Este poema se compone de una serie de versos sueltos de tres historias diferentes.

Un grupo de versos (no te vayas aún...) nació una tarde de amigos (y amigas) que nos escribiamos por una antigua plataforma grupal.
El ánimo era muy bueno, cuando de repente una de las féminas dijo que se retiraba.
Le escribí: "no te vayas aún..." y surgieron varios de los versos descritos arriba.

Lo que supe después era que se retiraba porque se estaba poniendo audífonos y desconectando los parlantes para tener algo más de privacía.

Lanzó tremendos versos para un alejamiento de solo segundos....

Años después, una amiga del grupo reía con la anécdota, y aceptó poner su voz a ese recuerdo.

Esta grabación es un muy preciada, tanto por la amistad que forjamos como por la calidad de voz que impuso en la lectura.

https://soundcloud.com/ryusuke-ishikawa/siento-que-se-me-baja-la-presion-ft-elioro

 

jajajaja una vez lo leí, otra lo escuché de una voz triste, rasposa, como una sombra doliente y ahora...con voz de mujer, son todos iguales por eso cuando vuelva a reencarnar seré hombre, tiene sus ventajas, tienen la memoria de una semilla de sésamo ( me lo recordaron los muñecos de plaza sésamo )y no sienten culpa si son infieles, bah en realidad nunca son infieles
Estoy aprendiendo

 

y yo aquí pensando
si me río ?
porque ya me duele la panza

 

Tendré que convertirme en doctor

Tendré que vestirme de bata blanca, pero no de esas inmaculadas de hospital, sino de una salpicada de ironías, de preguntas sin respuesta y de un sarcasmo que cure más que las pastillas. Porque no es fácil hacer que los ciegos escuchen, que los sordos vean y que los filósofos, esos insomnes crónicos de las ideas, encuentren una pizca de cordura antes de morir de tanto pensar.

Primero, haré que los ciegos escuchen, pero no con sus oídos, sino con sus cicatrices, con sus silencios acumulados como polvo en una habitación olvidada. Les recetaré poemas como lentes auditivos, para que la belleza no dependa de un par de retinas gastadas. "Escucha el azul del cielo", les diré, y verán más que nadie.

Luego, iré con los sordos, esos que nunca han visto un grito o un susurro. Les colocaré espejos frente a las palabras, para que puedan observar cómo se deforman en el aire, cómo las mentiras se tropiezan y las verdades caminan descalzas. Les mostraré que escuchar no es cuestión de oídos, sino de voluntad, y quizás terminen viendo cosas que los oyentes han olvidado mirar.

Y al final, los filósofos. Ah, esos mártires de la lucidez que se ahogan en mares de preguntas sin orilla. A ellos les prepararé una transfusión de absurdo, les inyectaré risas en las venas y les pondré un letrero que diga: "Cerrar por reparaciones". Porque la cordura, para ellos, será una locura más; pero, al menos, será una locura con chistes de mal gusto y un par de copas de vino barato.

Así que sí, tendré que convertirme en doctor. No para salvar vidas, sino para salvarlas de sí mismas. Porque al final, todos estamos un poco ciegos, un poco sordos y un poco filósofos. Y tal vez, solo tal vez, la cura sea aprender a reírnos de todo, empezando por nosotros mismos.

 

La pregunta

Si has amado más de una vez, ¿siempre has sido infiel? Qué cosa más absurda, como si el amor viniera con un contador eléctrico que diga: "Cuidado, exceso de voltaje". Pero el amor no se mide con reglas ni con calendarios, el amor es como el pan en la mesa: a veces alcanza para todos y a veces se lo come uno solo.

Infiel, dicen, como si el corazón fuera un reloj que solo apunta a una dirección, como si amar a alguien nuevo borrara al anterior, como si la memoria no fuera esa vieja alcahueta que guarda besos en cajones secretos. ¿Infiel? No, qué va. Uno no es infiel, uno es coleccionista de emociones, explorador de pieles, arqueólogo de risas y dueño de un caos que no cabe en una sola historia.

Amar más de una vez no es traición, es supervivencia. Es que a veces un solo amor no basta, no alcanza, no llena. Es como pretender beberse el océano en un solo sorbo, como querer bailar toda la música del mundo con un solo par de zapatos. Amar más de una vez no es infidelidad, es honestidad con uno mismo, es saber que el corazón tiene habitaciones de sobra.

¿Quién puede juzgar? ¿Acaso la luna es infiel por iluminar más de una noche? ¿El sol, por acariciar más de un rostro? Amar más de una vez no es un delito, es un milagro. Porque hay quienes no han amado ni una sola vez y esos, ay, esos sí que están muertos.

Así que no te preocupes por la pregunta. Ama, equivócate, arriésgate. Que si alguien te llama infiel, quizás es porque nunca ha tenido la fortuna de ser amado dos veces por ti.

 

ay caramba! qué nos pusimos serios !

 

Serio, jamás
No me pidan ser serio,
ni siquiera cuando la luna se desvela
como un ojo deslumbrado
y la noche, con su lengua de humo,
me lame las orejas.

No me pidan ser serio,
porque la seriedad es un traje gris
que no me queda,
es un calcetín sin pareja,
un bostezo mal cubierto.

La vida me enseñó a reírme de todo,
hasta de la muerte,
que pasa los viernes por la esquina
vendiendo lotería.
“Hoy no, gracias,
ya tengo mi ticket de ida”.

Y no, no es desprecio.
Es que la seriedad me asusta,
con sus gafas sin rasguños
y sus relojes que nunca se atrasan.
¿Cómo confiar en algo
que no se ríe ni al equivocarse?

Prefiero quedarme con los gatos
que maúllan poesía a media noche,
con los borrachos que citan a Neruda
en lenguas que no existen.

Serio, jamás.
Porque en mi funeral quiero mariachis,
que toquen “El Rey” con tambora y risas,
y que alguien grite:
“¡Se fue, pero sin corbata!”.

Es que la seriedad es aburrida,
y yo, bueno,
yo nací para bailar descalzo,
tropezarme, y reír de las caídas
como quien encuentra un billete
en un bolsillo olvidado.

 

con 42 grados centígrados

 

FELIZ AÑO, ESPERO KE SEA MEJOR KESTE.

 

Feliz Año Nick
un beso y abrazo fuerte
que sea eterno lo que nos hace bien

 

no te hagas piss encima

 

Cafeteros ...Gracias por todo