Lágrima

Sin verte, me doy cuenta de que lloras:
sin verte, me doy lágrima.
Son cuentas que rodando en tu mejilla
disuelven la distancia.
Son lágrimas que lloras por tu tiempo
en el que yo no estaba,
como no puedo estar en el de hoy
ni podré ser en tu mañana.
Y sin embargo lloro y es hermoso
mi llanto en tu mirada.

 

Me gusta el juego de palabras, no sé por qué me recordó el poema "Farewell" de Pablo Neruda, aunque son totalmente diferentes, quizás por esa nostalgia que ambos encierran, de lo que pudo ser y se truncó en el camino.
Feliz año, un abrazo grande hasta allá.

 

Te cuento, querida Elba, el hecho poético que motivó este poema:
el llanto silencioso, íntimo y contenido de una amiga me puede: inevitablemente, lloro acompañándolo. Pero el orden habitual de los hechos es: advierto el llanto, luego lloro. Esto en circunstancias «presenciales»(odio esta palabra). Pero sucede a veces que mi sollozo es el que me anuncia que mi amiga llora. Si esto sucede, además, en un diálogo remoto, por guasáp, surge el hecho que me conmueve doblemente: me doy lágrima de que mi amiga llora, es mi lágrima la que me lo dice. Esto condujo al juego de palabras, remitiéndome al origen de la expresión «darse cuenta» para comparar a las lágrimas con cuentas. Lo demás... es retórica, recordando un poco a don Gutierre...

Terrible poema Farewell; tuve la desgraciada experiencia de un aborto natural, y mi pareja naufragó en él. El caso de Neruda fue peor, aparentemente. No le veo parentesco con mi tema, salvo quizás la forma (supongo que a Neruda le agradaría que llamáramos a su poema «madrigal de madera»).

gracias y abrazo
Jorge

 

una melancolía profunda y un sentimiento de distancia irreparable,

 

Diez mil kilómetros: no sé si irreparable, pero es un trecho... ¿no?

gracias y abrazo
J.

 

si vas caminando como yo, es un hecho que es un trecho
los patinetes eléctricos arreglan algo la vida pero son un peligro, mejor enamorarse de la vecina del quinto
un abrazo para ti también

 

Ah, no! Qué patinetes ni patinetes! Navegndo a vela es lo romántico!

 

Musador, tu poema me puso a pensar.
Hay una lágrima que se llora dentro
del gozo de verse en su mirada
es la tristeza tenue, enamorada
que se mece en la distancia cuál rocío
y hace en el pecho de la amada un nido
para llover en sus ojos la cálida distancia
¿Pudiera decantarse su perfume
para ser del amor lágrima iluminada?

 

Me gusta tu poema, aunque debo aclarar un equívoco: mi tema habla del amor, si se quiere, en su sentido más extenso, el amor que hay en cualquier amistad. No habla del amor de pareja: hay comunicación, nada más y, por supuesto, nada menos.
¿La cálida distancia?: eso me sorprende...
Hay muchas cosas que no superan las distancias.

Bueno, querida Carolina, agradezco tu poema y lamento darle un chapuzón en mi realidad...

abrazo
Jorge

¡Oh, querida Carolina!:
si tu cálida fragancia
superara la distancia
que separa con su inquina...
Si la lágrima germina
dando lugar al amor
es posible que la flor
convertida en mariposa
rauda vuele hasta tu rosa
mitigando su dolor...

 

Bellos poemas. Bueno, me aterrizaste, pero amor es amor, igual en la distancia se aprenden cosas, se afirma el amor, por eso es cálida si se quiere. Cuando algo duele de alguna manera te hace crecer. Me hiciste pensar en una amiga que tengo que se ha vuelto como mi hermana, a pesar de la distancia existe ese apoyo.

 

Hermoso es tu logrado poema. Excelente el remate del mismo. Felicidades y un saludo.

 

¡Mira tú!
¡Qué bien expresado quedó eso!
Demás que unas lágrimas disuelven cualquier distancia.

 

Gracias, estimado. Me alegra que el tema te haya gustado. Los remates... uno pretende que fuercen la relectura, no siempre se logra.

abrazo
J.

 

Un poema cargado de melancolía y belleza introspectiva. La distancia y la ausencia se transforman en un puente poético, donde las lágrimas simbolizan una conexión profunda y trascendental. Hermosamente delicado y evocador.
Saludos.

 

Hermoso poema a ese desencuentro. Un gusto leerte.

 

Pues sí, no sé si la disuelven o la saltan.´
gracias y abrazo
Jorge

 

Has dicho bien, esas lágrimas fueron puente.

gracias y abrazo
J.

 

Es curioso, pero no sé si llamaría «desencuentro» a un encuentro que nunca tiene lugar, vaya a saber...

gracias y abrazo
J.

 

Bravo por esa conexión.
Un abrazo, Jorge.

 

Apretada pero justa síntesis la tuya, querido Sergio.

gracias y abrazo
Jorge

 

Siempre he sido amarrete.
Otro abrazo.