Tiempo cruel

Desganado el cielo, aún lóbrego,

las esperanzas se diluyen,
entre tristezas frías y sangre caliente,

la simpleza del caer,
se tiñe de arrepentimiento,

porque nadie desea descender
al hueco impecable de la soledad,
de un vacío
más pulcro que cualquier suelo,

la espera se hace larga,
mientras las distancias se estiran,
en un espacio,
tan elástico, tan moldeable,

las gárgolas en este cielo vuelan libres,
la lluvia cae cómoda,
sin tribulaciones en el aire,

cada gota impacta en mi frente,
en mi tez transparente,

dentro de poco no seré ni historia,

deambulo sin rumbo,
buscando una cura
para mi tenue condición,

dentro de poco
me desvaneceré sin nombre,

y me perderé

entre esta cruel broma

que es tiempo efímero.

 

Llueve... por fuera y por dentro... pero no importa el final, sino el tiempo que aún resta.

Saludos.

 

Todos nos vamos a desvanecer en el tiempo y la gran mayoría no dejaremos huella.
La lluvia porque es bonita, a mi me gusta mucho cuando llueve, ¿A las gargolas no les importamos? Bueno, son muy feas. ¿A quién les importa ellas?
Saludos.