Vagabundos.

Es una gran verdad querido amigo
al soneto primero hay que domarlo,
y perseguirlo, asirlo y atorarlo,
ya cautivo a la voz, darle castigo.

Y luego que sumiso te sonría
y te brinde las flores de su huerto,
podrás hacer vergel en el desierto
y alumbrar con mil soles a tu día

y decir con palabras luminosas
lo que el alma te dicte gemebunda
y legrar sentimientos errabundos.

Será parte de ti, como esas cosas,
que se acoplan a tu horma, piel segunda,
para andar la palabra, vagabundos.​

 

Ya te salen hasta por los poros. Un beso, Luciana.

 

Uy, espero que no te moleste. Gracias por comentar. Un beso.

 

Para nada. Lamento si te dio esa impresión.

 

Solo bromeaba. Gracias por tus comentarios. Un beso.

 

Espléndida creatividad las de sus bien domados versos. Grata lectura, saludos y mi abrazo fraterno Luciana.

 

Ansel, poeta, gracias por tu amable comentario. Un abrazo.

 

Yo también soy de las que se han peleado con el soneto intentando domeñarlo. Y ahí vamos.
Saludos.

 

Así es Eratalia, me gustan mucho los tuyos, tienes un estilo muy propio. Gracias por comentar. Un abrazo.