Y la boca sabe

Todo te anuncia como si avanzara entre la niebla;
estos gajos de claridad te delatan todavía ausente,
pero ahí, en alguna parte, donde el pespunte se rompe,
estás por aparecer.
Tal vez seas ese ruido de lejos
que va entrando a su forma de cerca: una ambulancia
pasa a mi lado y no tú, pero casi,
porque también eres solo un ruido de fondo
hasta que alcanzas el umbral de visibilidad
enhebrada en mis pestañas.
De una mancha creciente surge tu textura
o la de un montón de ciruelas al tres por dos;
la canción del guitarrista callejero
o eso que recibe la descarga y se despliega
cuando escucho: ¡Hola, feo!
¿Qué es? No el pez que trina en la rama del cristal roto,
pero sí el asombro de la ranura traspasada,
la palabra que se adelanta a la boca y queda la boca,
los ojos detrás de la mirada detrás de los ojos,
los ojos que no callan, la boca que mira.
Acuden los ecos descartados desde cada esquina,
se reúnen a ser tu rostro
y lo asumes con toda la luz y estás total en mi garganta
hasta que respondo: ¡Hola, bonita!
Y caen los ojos dentro de los ojos dentro de los ojos…
Quedan la boca, la boca y la pincelada.

14 de mayo de 2025​

 

Muy nostálgico señor Pedro, como si nos hablara de un amor imposible y entre tanta claridad de imágenes la ciudad ensuciándolo todo con sus ambulancias disonantes con ese ruido que mancha el pensamiento. Me imagino un encuentro a la mañana, hace mucho ya, radiante, casi trasparente de invierno a finales de los 80. Qué viejito soy

 

parece que vas descubriendo a alguien poco a poco
“los ojos detrás de la mirada detrás de los ojos”
...... tiene algo hipnótico.
Un cordial abrazo.

 

Alabado sea el ejército de tus radiantes musas que, con su exótica belleza(?), lo asisten y nos permiten leerlo siempre derrochando dulzura, Ilustre Poeta.
Le dejo un gran abrazo con toda mi admiración.

 

No digas viejo, Gus, porque ya salpicas, ja, ja: viejos los cerros, y reverdecen; viejos los caminos todavía echan polvo.
Y sí, esto va de un encuentro concertado, tan emocionante como la primera vez por más vintage que se ponga uno. Gracias por dejarme tus impresiones y sondear en la memoria viva. Va el cordial saludo.

 

Así, exactamente. Es el camino al encuentro, y uno delirando de emoción.
Qué bueno que vengas, compañero Paco, te lo agradezco mucho.
Va el gentil abrazo.

 

XD

Sos una atorrante, forra, negra y conchuda.

¿Cuál ejército de musas? Ni que fuera Apolo Musageta, Febo el Señor Sol, que de todos modos en el solio del cielo ha elegido elegir estar solo por elección, no por feo, torpe y tautológico, ja, ja, ja.

Solo es una. La misma, pero exponenciada por el misterio de la advocación, el lirismo crónico y no pocos caudales de agua de cebada.

Ay, qué trabajo me cuesta quererte como te quiero, dixit Lorca. En serio, compórtese, señora Romina Costa de Puro Hueso.