Carta a mi amigo Salvador González

Querido amigo recibe
un cariñoso saludo
en la garganta hay un nudo
de este humilde, quien te escribe.
Espero pronto se active
en ti la chispa de vida
por hoy un poco dormida
a causa de algunos males
que resultarán fatales
si es que llega tu partida.

Espero sinceramente
que tu salud esté estable
eso será formidable
quiero decir, excelente.
En una fecha reciente
me enteré de tu mejora
y me puse sin demora
a escribir esta misiva
por el gozo que motiva
el amigo al que se añora.

Amistad que se atesora
es la tuya, amigo mío
caudalosa como el río
y de gratitud gestora.
De la pulcritud rectora
sin sentimientos banales
sí, con valores morales
es así como la veo
y con cariño deseo
que pronto cures tus males.

Por razones personales
mucho tiempo estuve ausente
no es nada que yo lamente
pues fueron cosas triviales.
Situaciones habituales
por completo me absorbieron
de mi atención merecieron
para darles soluciones
espero que me perdones
de imprevisto aparecieron.

Por lo pronto me despido
que te mejores espero
buen amigo y compañero
tan estimado y querido.
Tu amistad he agradecido
a nuestro Dios poderoso
al cual le pido con gozo
que recobres tu salud
y lo hará con prontitud
nuestro creador generoso.

Con mucho cariño y respeto, para mi buen amigo y compañero Salvador González @lesmo. Mil disculpas @pepesori si te hago portavoz de la misiva.

 

Hermosas décimas que muestran un gran afecto a un compañero amigo que mejora, gracias a Dios, su salud. Un gusto leerte.

 

Muchas gracias por tu visita y por tu amable comentario.
Saludos cordiales

 

Mi muy querido Alfredo:

He leído este poema con la emoción a flor de piel. Que te acuerdes de mí y en estos poéticos términos me llena el alma y afloran los buenos recuerdos de aquellas décimas tempestuosas que escribimos juntos y que sirvieron para conocernos mejor. Con razón se ha dicho de la poesía que levanta el velo a lo más hermoso del mundo, en este caso la amistad.

Efectivamente he sufrido algún contratiempo de salud. Sin embargo ese Dios Todopoderoso en el que creemos me ha dado las fuerzas necesarias para afrontarlos. Él, la familia y los amigos, como tú, habéis sido imprescindibles. Gracias al Señor estoy siendo perfectamente atendido por profesionales excelentes y todo está bajo control. También en el plano afectivo no he sentido ni un ápice de soledad. Te mantendré al tanto de los progresos aunque la verdad es que mis molestias han sido muy escasas y me encuentro fuerte por regla general. No obstante detalles como el que has tenido conmigo me sirven, y mucho, para mirar con optimismo el futuro que me depara, entre otras bondades, la de ser abuelo dentro de unos meses, si Dios quiere.

Te envío mi profundo agradecimiento por esta “carta” y por todo lo demás junto a mis mejores deseos para ti y los tuyos para el año que estamos a punto de estrenar.

Dios te bendiga.


Salvador.