Diez minutos.

En ocasiones, uno muere sin darse cuenta
aunque la rendición quede lejos.
Todo puede cambiar en un segundo
cuando la vida te hace un guiño
y con un corte de mangas significativo
rompes la tapa de ese nicho que impedía las vistas.
En ocasiones, morir podría ser una huida,
¿pero hacia dónde?
En los laberintos, la prisa es un agobio
que ciega lo natural del recorrido;
los setos siempre fueron un engaño,
una manipulación de los arbustos.
Pero los arbustos no engañan,
te muestran su sur y tu norte, y la delicadeza del rocío.
En ocasiones, se escribe un poema en diez minutos:
sin maquillaje, sin reservas, sin alardes, sin motivo.
¿Por qué?
Quizás porque la emotividad, precisamente,
sigue conectando neuronas
y puntos sensitivos.
En ocasiones, se subleva el instante
y ataca los papeles con tinta y alguna mancha de café.
Algunas veces, diez minutos dan para mucho,
o no.
“Seguimos prevenidos”.

 

Diez minutos pueden ser muchos o pocos dependiendo si es la soledad quien te acompaña o el amor de tu vida

 

Muy original y filosófico tu poema amigo Alonso. Me ha gustado. Amistad poética Amarilys

 

En cuestión de tiempo no importa la cantidad tanto como la calidad de lo vivido. Y morir y renacer lo hacemos cada amanecer (a no ser que trabajes de vigilante nocturno, claro ); luego, hay momentos determinados donde regresamos voluntaria o involuntariamente a pasajes y escenas de nuestra vida, y a veces hasta nos sorprendemos a nosotros mismos al descubrir nuevos matices y detalles de lo que ya creíamos "liquidado". Algo así es la vida: un collage caótico y lleno de memorias y desmemorias, de versos sueltos que campan a su albedrío entre los arbustos, setos y zarzas de nuestra existencia, y a veces a algun@s nos da por coger un boli o un teclado e intentamos plasmarlos y darles algún sentido (o simplemente que suenen bien)
Me encantó tu poema, Alonso. Mis felicitaciones y abrazote, amigo.

 

Muchas gracias, Alde. Seguimos utilizando los minutos de la mejor manera posible. La Calaca que espere, que tiene todo el tiempo del mundo.
Un saludote.

 

En mi caso me acompañan los dos, cuando no uno otro. Vías de permanencia o escape. Circunstancias llevaderas, por el momento.
Gracias, Noquiero... por aterrizar en estos minutos que intentaron ser poema.
Un saludote.