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Salvador

Tema en 'Poesía Surrealista' comenzado por Calimero, 3 de Noviembre de 2025 a las 6:10 PM. Respuestas: 1 | Visitas: 26

  1. Calimero

    Calimero Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    20 de Mayo de 2025
    Mensajes:
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    Ti… ti… tiri… tan
    en las yemas de mi lengua
    las tripas de tu madre, Salvador.
    Son sus heces claros pececillos
    escurriéndose en la clara de mi boca.

    Déjame inflar el globo granate,
    no temas por la menstruación.
    No me hagas sentir culpable, otra vez no,
    no me ofrezcas tus tiernas manos infantiles
    llenas de saltamontes.

    La mujer gorda y fea de la esquina
    está cociendo en su caldero ojos de buey,
    se parece, sí Salvador, se parece a tu madre.

    Y dime, ¿qué culpa tiene la leche,
    que cada mañana se pega a los ojos
    y besa las bocas sin miedo,
    mordiendo las larvas celestes?

    La lástima, recuérdalo Salvador,
    es la excusa de los insectos
    que devoran las heces moradas.

    Ya sabes que también creció
    en el vientre de tu madre
    el hormiguero del silencio.

    ¿Recuerdas a aquellos elefantes
    que se paseaban con muletas,
    fingiendo estar tristes?
    Entonces, no me dieron lástima,
    pero ahora que mastico tus ojos de niño,
    recuerdo a la mujer que se amputó el pecho
    por no darte de mamar.
    ¡Qué cruel, Salvador, qué cruel!

    Pero no, por lo que más quieras,
    no vuelvas a hablarme de la comedia
    de aquellos hombres,
    que osaron orinar en fila horizontal,
    rociando con su metralla al pobre Federico:
    aquel risueño jilguero
    que tantas mañanas te cantó al oído.

    No Salvador, no te equivocabas,
    el mundo es un gran espejo giratorio;
    y es difícil reconocer un seno mutilado
    llorando en unas manos infantiles.
    Sólo nos puede salvar la farsa de los insectos
    que buscan la leche en los ojos y las bocas;
    los vientres y las salivas; e incluso, Salvador,
    en las heces y la orina.

    ¿Muerte me dices, Salvador, muerte?

    No, comedia, sólo comedia, recuérdalo,
    acuérdate de Gala.

    ¿Puedes escuchar aún el ruido de su vagina
    masticando a los indefensos saltamontes,
    orinando la leche, aquella adorable consternación
    que te devolvió a la vida?

    Ahora bésame, estruja tus huevos
    en el hormiguero de la infancia,
    allí donde aún susurra el fusilado jilguero.

    Yo te prometo que volverás a nacer,
    y Gala será tu madre, y tú su hijo:
    la dulce leche que descansa
    sobre un lecho de saltamontes.

    Las muletas me han dicho:
    que tirita el silencio del vientre,
    esperando a que Salvador Dalí
    dibuje los senos de los cisnes;
    derramando su blanco vuelo
    sobre las playas de Cadaqués.
     
    #1
    A Maramin y Alde les gusta esto.
  2. Alde

    Alde Amante apasionado Miembro del Equipo Miembro del JURADO DE LA MUSA

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    11 de Agosto de 2014
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    Género:
    Hombre
    Realmente varios temas de reflexión sobre la vida, la infancia, la muerte y la culpa a través de un lenguaje surrealista y metáforas impactantes.
    Muy elocuente.

    Saludos
     
    #2

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