La vibración de la heladera

La vibración de la heladera
en la casa vacía,
el cuerpo rugiendo la soledad
inabarcada,
cuando nadie absolutamente me piensa
y el mundo alrededor es interno
con un transitar brumoso y espeso
que desgarra las articulaciones y la piel
que ensucia la mirada y los labios

y todo comienza a oler diferente
a sonar angustiante
en el mismo momento en que los ruidos
perturban el vacío silencioso
los pisos resbalan de barro,
las paredes se retuercen sobre el pensamiento
las ventanas se golpean como si fuesen a explotar

y lo de adentro se apelmaza
se enrosca, se confunde
como si el universo cambiara de colores
ahora rojo, brillante y más oscuro
esparcido por la yema de los dedos
contra el rostro húmedo.

Y de repente, un sonido constante
que marca el tiempo
que delata la duración de mi existencia
y me libera
de una soledad eterna.



(uff, esto es muy viejo... escrito 8 años atras...)

 

Cuanta tristeza y soledad y sera de 8 años pero si que me agrada saber desde cuando escribias ya como una poetisa grandisima y ahora se que al menos de hace 8 años ya lo hacias por que esta tu melancolia pues es excelente es hermosa penetradora de verdad que honor leerte poetisa mis respetos mis saludos y besos.

 

El olor de la frescura de estos versos no se ha perdido con el moho amarillento de esos ocho años mi adorada poeta. Presiento que los versos de cierre son un portal remodelado a esa antigua casa vacía.

 

gracias Randy por todo lo que decís...
un beso grande!

 

gracias por acompañar mis palabras... jóvenes o antiguas...
besos!

 

Creo que no se sabe lo que es la soledad y la angustia existencial hasta que no se sufre de insomnio al lado de una heladera desvencijada que arranca de improviso como un fueye de la orquesta de D´arienzo y frena con la suavidad de un tren carguero, en la mitad de la noche.
Y de pronto se hace silencio,
y el que está al lado nuestro, sea humano, vampiro, mascota, o duende, duerme como si no hubiera dormido nunca,
y los vecinos duermen,
y un llega a creer hasta las cucacarchas deben estar durmiendo.
Todo el mundo duerme menos nosotros.
Y miramos las sombras del techo.
Pensamos, pensamos y pensamos hasta que nos sobresalta de nuevo esa heladera matusalénica, enorme, ruidosa y casí vacía cuyo unica razón de estar concectada es que nos volvamos más locos cada noche.

Muy original, me gustó.
Cortále el cable, o regalásela a tu peor enemigo...

 

hace unos años ya que no tengo esa heladera...
pero yo le tenía mucho cariño...
en esos años de descubrimiento de la soledad profunda,
escribía poemas sobre ella
y así se fue, quién sabe dónde estarán
con los restos de chatarra, mis poemas de aquellos tiempos...

gracias por la visita a mi pasado.

un beso!

 

Pues es buenísimo. No se si ha madurado con el tiempo como los buenos vinos, pero ahí está, para disfrutarlo. Besos y estrellas.

 

lo que sigue ahí es la vibración que delata nuestra existencia!!
jeje
gracias por acompañar con tus visitas.
un beso

paula

 

uff, me encanta como describes tu mundo interior/exterior que al final siempre es lo mismo...
un poema triste pero necesario, con la esperanza brotando de golpe por ahi...
8 años!! wow, bueno, yo no escribo hace tanto... el talento te permanece al parecer, te perdura...
super intenso este... a estas alturas los enmarco todos... jjajaj
abrazos
(Varelafunclub)

 

jeje, gracias Jaime, y como escribir... te puedo asegurar que tengo documentación desde hace 19 años... ya tengo 31, así que... ya creo que la escritura se queda conmigo.

abrazos