Desde el silencio

Tantas cosas se dicen sin palabras…

Las pilchas que tuviste a los viejos no se las regalaron.
Hubo que sudar, y no hubo mucho tiempo para otras cosas.
Presencia, caricias y consejo.

No desagradezca.
Que el que olvida la sangre y la maldice,
a la larga la vida se la cobra.

El pulóver que tejió la abuela te dice que todavia te quiere
cuando te roza en la barba la pelusa al ponértelo.
Porque es chico el agujero, o muy grande la cabeza,
cuesta.
Como cuesta todo y uno a veces no valora lo que le dejó un pasado
que muchos juzgan amarrete.
Un pasado sencillo que por callado, se desdeña o se ignora.

Pero yo creo que las cosas más importantes se dicen con el corazón y con las manos.
Y tal vez, por eso escribo, en este nido de cotorras y gente egoísta
que me agujerean el pulóver con sus picos y sus quejas.
Que usan los huesos del prójimo como escalera.
Que anidan en el sur añorando el norte.
Que nunca les viene bien nada, y siempre la culpa es de otro.
Que le llaman bestia al buey que no se queda callado.

No olvide.
No desagradezca.
Aunque no sé si exista esa palabra.
Que el que olvida la sangre y la maldice,
a la larga la vida se la cobra.

Y haga, bien o mal,
pero haga.
No prometa.
Que las cosas más importantes se nombran desde el silencio,
se dicen sin pronunciarlas.


El Poeta del Asfalto
(2006)
Pilcha: ropa
Amarrete: aváro

 

que placer leerte amigo, escribes muy bien con profundidad en tus letras.

 

Así somos, nunca estamos conformes con nada y la culpa es de todos, menos de uno. Un abrazo amigo.