Mujer de llanto sincero

Es en tu llanto mujer
Donde yo veo vibrar
Repleta
De esperanza, a caridad.
En mi sedienta impotencia
Tu angustia se vuelve fuego
Que con vergüenza alimenta
Mi esperanza
Y mi sed de humanidad
Fuego también es tu angustia
Llorando la iniquidad
Y la falacia del hombre
Vareando a mí conciencia
Que se escuda en tu inocencia
¡Eterna y viva llama de amor!
Y de esta quema
-cual Fénix-
Gimiendo renace y vive
Mi fe por la humanidad.

¡Te duele el dolor del mundo!

Mujer tu llanto
De amor es canto.
Te hiere mujer
El hambre del niño
Y te humilla
La lagrima en su mejilla.
Te angustia mujer,
¡El seco seno impotente!
Que como un grito demente
Clama al mundo su ignominia.
Mujer de llanto sincero
De pena tu canto lloras
Y así, en esa angustia enarbolas
Blasón de amor y humana verdad.
Preñada de amor estas
Mujer gestando tu humanidad,
¡Te embarazó “Compasión”!

¡Ay mujer! Como te ahoga el dolor del mundo

Mujer con tu pena llevas
Clavado -cual en madero- entero
Al mundo en tú corazón.

 

Aquí estoy hermano Alfredo para respaldar tus letras, hace mucho no entraba al portal pero por aquí andamos. Recibe como siempre mis saludos cordiales y mi respeto para tus hermosos versos.

 

Muchas gracias mi buen Virgilio y un abrazo

 

Debo rendirle homenaje poeta,por tan bello escrito, dedicado a la sensibilidad de la mujer, bello, y tan bien llevado, que es un regalo divino, saludos y estrellas para voz!:::hug:::

 

Preciosas palabras que enternecen el alma.Estrellas y besos amigo.María.

 

Bello canto a la imagen femenina y pura sensibilidad la del poeta.Un cordial saludo

 

Gracias por leerlo Calor de julio. Yo veo en la mujer, el cordón umbilical que me mantiene irrevocablemente unido a mi Creador. Nada hay en lo creado, que a ella se asemeje. Un abrazo cariñoso.

 

Me produce un gran contento que lo hayas leído tú, mujer. Nada hay que yo admire y respete y venere tanto como a la mujer. Un abrazo muy tierno y mi agradecimiento sincero por tu comentario.

 

Muchas gracias Maria. Bellísimo tu nombre!! Te agradezco profundamente tu comentario querida Maria. Vosotras, el alma, la lleváis siempre a flor de piel.
Como las flores su aroma.