Trovador Pesimista

Sueño con tu aroma en el atardecer de un dia de verano,
rodeado de cantares que me susurran lentamente en el oido,
y me hacen sentir la persona mas feliz del mundo.
Sintiendo la fuerza que me da que el que estés a mi lado...
Juntos, podemos enfrentarnos a las adversidades e infortunios,
y luchar por el derecho que me merecí desde hace tiempo.
Verme como alguien importante, rodeado de las mil y una notas musicales
que flotan en el ambiente al compás de la brisa del mar, sobre las rocas...
Satisfacer mis placeres sumergiéndome contigo en las más profundas grietas
que exhalan el aire perfumado de la parte más honda de tu cuerpo.
En el camino liso, saltando y gritando mi alegría, desde que a mi vera estás
disfrutando de la vida tanto como yo,
tras esos fatídicos momentos de amargura y dolor que mi vida marcaron
y, que ahora, no son más que recuerdos que tu vas transformando en polvo...
Polvo que brilla oscuro en el aire y se desvanece dejando atrás el cuerpo
maldito que poseyó.
Ven, quizás sea hora de caminar los dos por la orilla
y disfrutar de la libertad que conseguimos los dos... Por querernos.

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Me es imposible borrar de la mente
la ninfa de ojos azules
que toca el arpa en el cielo del olvido.
Cantando la epístola fúnebre
que se oye a lo lejos, en la sombra,
a la que se dirigen mis sentimientos, poco a poco,
atraídos por los espejos
que dan un reflejo falso de ellos.
Pero, a pesar de todo, a veces dan un paso atrás
y quedan embelesados con el recuerdo,
el recuerdo que, en algún momento,
hicieron de ellos la felicidad personificada.

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Echo de menos tu presencia, tu apoyo...
Quisiera viajar y olvidar esta amargura,
quisiera enmudecer mis sentimientos
y que estos nunca lleguen a tus oídos,
pues la gran amiga que eres me hace pensar,
me causa dudas sobre lo que debo o no debo decir
y sobre cómo actuar delante tuya.
Bajo presión me encuentro
y la indecisión me obliga a arrodillarme ante ella.
Soy consciente del tiempo que se acaba,
pero también del dolor que me causo sin saber.
Indago en la oscuridad que me impide ver la realidad,
y el miedo negro auyenta con sus gritos
la única esperanza que es capaz de darme
el valor para decidir mi camino, mi camino hacia la libertad,
para así liberarme de las cadenas que me mantienen
en el mundo de la tristeza.
Si me pudieses ayudar... si únicamente supieras...
Sería la persona más feliz del mundo.

 

Si, seguramente te ayudará a librarte de esas cadenas de tristezs. Bellos versos que destilan amargura. Un abrazo