1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

LINEAS DE TU ROSTRO SOBRE MI ALMOHADA

Tema en 'Poemas de Amor' comenzado por Gustavo Soppelsa, 25 de Abril de 2006. Respuestas: 2 | Visitas: 1066

  1. Gustavo Soppelsa

    Gustavo Soppelsa Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    18 de Abril de 2006
    Mensajes:
    20
    Me gusta recibidos:
    0
    La línea de tu boca
    remodelada y fina
    tiene la forma
    de la sonrisa de una diosa.
    Una boca sin límites
    para el éxtasis,
    dibujándose
    en una mueca
    feliz y antigua,
    terrible y escondida,
    de Esfinge seductora.
    La línea de tu boca
    que continúa,
    renglón a renglón,
    borrosamente perfilada
    en la cabellera enmarañada
    por mis manos,  
    y es cabellera anterior,
    a los fogones ancestrales.
    Tu boca y su sonrisa
    primordiales,
    que preexisten  
    a la gruta
    simple y cóncava
    del temeroso simio
    vacilantemente erguido,
    tu boca y su sonrisa,
    que anticiparon a la especie,
    que me toman violentas
    ya en mi cama
    como tomaron al varón
    rudimentario
    -incauto y asediado
    por los ruidos
    de las ánimas del bosque-
    en un declive de un prado,
    bajo los árboles,
    al borde del precipicio,
    entre las matas,
    al costado del arroyo,
    o en la arena.
    Tu  sonrisa,
    la sonrisa de la hembra
    gozosa, estremecida,
    que se escapa de sí,
    y que permite
    que embarquen su cuerpo
    por puro amor
    hacia otros mundos,
    hasta ese sitio
    donde el placer
    deja de alumbrar
    de una manera simple
    y cotidiana
    y vuelve a ser hondura
    y sal  de muchos mares
    líquidamente
    recién  inaugurados
    por un cataclismo estelar
    pero carentes de amor,
    sin peces y sin aves.
    Tu sonrisa y tu boca,
    como refugios otorgados
    desde lo alto,
    vuelven a ser caricia
    -ahora mismo-
    de los dioses,
    cadencia de ninfas
    tentadoras
    que enroscan
    sus piernas como ramas
    fabricando en su centro
    un escondite.
    Tu boca y tu sonrisa,
    que no puedo
    dejar de cantar
    con alabanzas,
    vienen a mostrar
    (de una manera
    que el ciego planeta
    inaugurado apenas
    jamás vio)
    el espectáculo sin razón
    de los humanos quereres,
    el de dos cuerpos
    sin miedo al rayo
    o a los huracanes.
    Allí y aquí están
    tu boca y tu sonrisa,
    acostadas
    en lo blando de mi almohada.
    No las merezco:
    tu boca y tu sonrisa
    precedieron
    al tigre y al antílope.
    Ahí yace tu sonrisa,
    florecida de tu boca,
    esparcida en mil formas
    en mi cama
    Así pasó. Tomó por asalto ésta,
    mi cama,
    esa sonrisa
    que nadie puede concebir,
    dentro de la que nadie
    puede ver
    sino los ojos asombrados
    y la piel
    mojada y temblorosa
    del hombre que rueda
    deshecho, en agonía,
    hacia el fondo inagotable
    del  vientre aquél
    que siente que lo llama.
    Del hombre que suplica
    por morir abrazándote,
    mientras lucha
    para escapar, enloquecido,
    de la muerte
    que le das
    que sabe a fruta,
    eternidad y muchas mieles.
    En tu sonrisa,
    millones de veces fragmentada,
    y en tu boca,
    sobre la almohada torpe,
    de mi cama,
    en la vertiginosa sonrisa
    de esa boca sin época,
    que es  tu boca,
    estoy quedándome
    dormido para siempre
    -eso deseo, no me apartes-
    con la frente goteando
    los restos de mi ardor
    contra tu cuello
    hasta que se sequen
    las pasajeras corrientes
    que riegan las selvas
    del león y del antílope,
    y pueda yo para siempre
    transpirando tu pasión
    hacerme río
    para volver a fecundarlas.
    Con tu sonrisa,
    con tu boca sin edades,
    sobre mi almohada pobre,
    quizá  sin merecerlo,
    sos la primera mujer
    que el cazador amó
    aún antes del glaciar
    y de la hoguera endeble,
    que fue plantada
    como un cerrojo de símbolos
    en la caverna
    amable y triste
    que los cubrió de piedra
    a él y a ella,
    a mí y a vos,
    desde que llovieron
    como plomo hirviendo
    todas las edades.
    Hasta esta noche
    de labios,
    de los labios de tu boca,
    a los que el amor
    me pide que les cante.
     
    #1
  2. marcia segura

    marcia segura Poeta adicto al portal

    Se incorporó:
    9 de Marzo de 2006
    Mensajes:
    1.761
    Me gusta recibidos:
    424
    Género:
    Mujer
    hermoso ......hermoso tu boca y Su sonrisa....ME ENCANTO QUE TESORO DE PALABRAS ESQUISITAS Y QUE ANALOGIA TAN VICERAL CON LO RUDO Y PREHISTORICO ....BUENO ESO ES LO QUE PERSIVI

    UN SALUDO Y DESDE AHORA SERE TU FIEL LECTORA.
     
    #2
  3. Gustavo Soppelsa

    Gustavo Soppelsa Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    18 de Abril de 2006
    Mensajes:
    20
    Me gusta recibidos:
    0
    Viniendo de una mujer hermosa, supongo que el elogio lo dicta la experiencia, lo que es más agradable de leer. Gracias.
     
    #3

Comparte esta página