Destino

Una breve brisa soplaba en mi camino, una noche singular, donde no había abrigo. Me senté a observar las sombras que en los árboles se reflejaban, aquella bella silueta que la luna les dibujaba, el viento, parecía acariciar sus ramas.

Levemente, el silencio reinaba y la oscuridad se hacía presente.
Miré a mí alrededor, ningún alma se encontraba junto a mí, sólo contaba con la compañía de un breve canto, que no conocía fin.

Medité, estaba cansado de sufrir, de que mi corazón fuera roto vez tras vez, y muchas ocasiones sin poderse reponer.
"Qué más da, este es mi destino, sin abrigo...sin amigos; sin alguien en casa que me espere para darme cobijo; la soledad no es mi enemigo, mi gran compañía; mi amigo..."
Ese leve canto pronto cesó y en su lugar surgió un gran llanto; sufría de amor. ¿Quién era yo para juzgar? pues me encontraba en la misma situación.

Decidí acercarme con toda precaución y descubrí; escondida entre los arbustos, una bella dama. Su silueta la enmarcaba graciosa y delicadamente aquella luz tenue que tejía el manto estrellado...el que acompañaba su llanto.
Se sorprendió al verme y sus lagrimas secó, en sus mejillas un rubor apareció; su rostro de pronto cambió.

¡Tropezó! y le brinde mi ayuda con rapidez, alegre, me sonrió y ninguna palabra musitó. Ninguno de los dos habló y no era necesario pues con miradas entendimos lo que querían decir nuestros labios.

Una sonrisa se dibujó en mi rostro, acaricié su mano (la que obtuve para evitar su daño), Se apartó y giro la cabeza, tan leve y tan rápido. En su hermoso perfil, se notaba su sentir: sorprendida y nerviosa por mis acciones tan tontas.

Una disculpa le ofrecí y me retiré, sin mirarla al fin, cuando tres pasos solo di su mano me detuvo; me volví hacia ella.... ¡Qué hermosa era! No pude evitar mostrar mi sorpresa.

La vi, la contemplé, en sus brazos me deseé. ¿Acaso estaba enamorado? ¿Cómo saber que ella también lo sentía? Aquel sentimiento que en mi corazón vivía; que llego aquel día y llegó para habitar en mi vida.

Quería hacerla feliz, mostrarle un nuevo día, contemplar su hermosa sonrisa (esa que nunca acabaría).
Nuestras manos se juntaron como si nos conociéramos hace años; su nombre invadió mi cabeza; ¡acabó con mis ideas! y todo....fue por ella.

Nos abrazamos soltando nuestras manos, y en ese tierno abrazo; nos fusionamos.
La encontré una noche sin camino, mas bien; ése; era nuestro destino. Aquella noche de sigilo donde encontramos el abrigo.

En el calor de sus labios encontré mi destino junto a ella; quizá, no a la luz de una vela; pero sí bajo su mirada eterna.
Ella es la mitad de mi alma y lo inevitable pasó en su mirada.
¿Coincidencia le dirían? no lo sé.

 

gran escrito!
tienes un talento envidiable.......
eres toda una artista de la pluma..........
un caluroso saludo........