Cuarto de hotel

Cuarto de hotel -las cinco y cuarto-
él se fuma un cigarro reposado
con la satisfacción del placer cumplido
y la mirada perdida en dios sabe que sueños.
Su sexo aún manifiesta la lujuria,
el deseo, la pasión, el desenfreno…
y mantiene ese equilibrio incierto
de lo que está condenado a desplomarse.
El cuarto del hotel es anodino,
sin llegar a ser tórrido ni esperpéntico,
simplemente carece de epítetos:
es un lugar aséptico dispuesto
para cualquier cosa.
El humo se deshilacha por las paredes,
recorre el vacío mustio de las cortinas
y simplemente… se desvanece.
El tiempo se detiene insensible,
incapaz de acompasar esos dos cuerpos
mientras juega con la pereza y el arrepentimiento.
Ella reposa a su lado y le observa,
observa su propio amor en sus ojos inexpresivos,
la imposibilidad, la equivocación, la añoranza
de compartir sueños
porque este mundo no teje sueños compartidos,
aunque se quieran
no al ritmo del deseo sino al suyo propio.
La estancia entera exhuma un olor amante
del eco amortiguado de los besos y las caricias
y sólo les queda volver a amarse,
en otro cuarto de hotel, otro día cualquiera,
en el que el tiempo pródigo de desesperanzas
quiera latir otro impulso de ensueño.​

 

Me ha gustado ese hielo latiendo entre dos amantes.
Un saludo.

 

Gracias por vuestros comentarios, el amor prohibido siempre tiene ese toque de hielo

 

Excelente poesía, cargada de imágenes realmente surrealistas o verdaderas o sentidas ...Impresinante la historia y ese derroche de sentimiento y pensamiento. Me encanto poeta. Mil gracias por compartirla.

Un beso.:::hug:::

 

bien tratado este ambiguo sentir,amar a escondidas,cuando esto termina que queda?arrepentimiento,sinsabores,al final uno de los dos siempre ama mas,UN GUSTO LEERTE

 

Gracias por vuestras palabras. Hay imágenes que marcan mejor que nada los sentimientos

 

bastante pasional y muy descriptivo...simple y profundo a la vez.

 

La complejidad de lo simple que nos lleva siempre al caos
Gracias mil por tus palabras

 

Un cuarto de hotel, fiel testigo de esa entrega prohibida que deja culpa al final, pero se disfruta mientras dura. Me encantó lo bien realizado que está este poema, fue un placer estar en tus letras.
Estrellas y besos

 

Muchas gracias Nostalgia, la culpa es cierto que no limita el deseo