¿Y si de verdad es un tango?

Venía escuchando el noticiero,
el banderín del club colgando en el espejo.
La vida,
ese sueño del que nadie se despierta,
pensó

Volvía a la casa con un silbo
y lo ganado.
Dejó como todos los días
el taxi estacionado
cuando vió en la puerta
a la gente amontonada.

Como una piedra en la ventana
la sonrisa se le deshizo,
algo pasaba.
El barrio con congoja lo miraba.

Un vecino que lo agarró del brazo
le dijo: “fuerza”, a la pasada
El siguió sin explicarse
hasta el final del pasillo.

Al entrar comprendió en un compás todo el tango.
Estaba fría la pieza,
décadas del sonar de los violines,
la pena ahí, finita,
recostada en la cama.

La gata le pasaba entre los pies y lo miraba.
Gimieron como fuelles las bisagras
“Cerrá la puerta” alcanzó a oír una vecina,
“Se fue la vieja,
voy a llorar.”


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(El título es debido a una expresión que suele decirse ante cosas inesperadas o repentinos cambios de suerte: "La vida es un tango")

 

Impecable.
Un abrazo.
Christian.

 

Es difícil cambiar de estilo, de tema, de humor sin que se borre la firma del poeta. Esta narración escrita en verso tiene en negrita la marca del Asfalto.