El amar, el querer

Flavio Hugo Ruvalcaba · 13 de Febrero de 2009

Sobre la libertad sólo el amor.
El amar, el querer, no debe constreñirse.
Porque al principio los dioses ordenaron amar
es pecado todo intento de zaherir el amor.
Amar, querer, querer con esa fuerza
poderosa y eléctrica,
con ese imán que imanta las manos a las manos
y hace de la pared una ciudad audible.
Amar con la entereza que lo construye todo:
el vientre de la madre para el hijo
y el brazo del herrero para el hierro.
Querer con el embate de los desesperados,
de las viudas, de los huérfanos silenciosos,
de los lisiados firmes, de los enfermos entecos y cenizos;
con la garra de los pobres aferrados al hambre
y al profundo deshielo.
Amar, querer, amar con ese ritmo
ufano y vanidoso, ecléctico, durable.
Querer en cada silla, a cada lámpara
como si fuera la respiración.
No dejar un segundo sin que el amor reborde.
No vivir un momento sin que el amor alumbre.
Amar a toda vela, querer endemoniadamente
en las mañanas sobre el sueño entibiado
y en las calientes tardes con el hervor en vilo.
Querer en las veredas de la noche cerrada,
en las calles, en los mercados verdes,
en las cocinas, en las bodegas inmóviles
de los muelles desnudos
y de los cometas insobornables.
En los campos hirsutos y sapientes.
En las escuelas claras, ateridas de lluvia
y en los basureros pacíficos
arqueados por los perros.
Amar en la fábula y el color líquido
y en la botella que destapó la vida,
en la sala del mundo que habitan los que bailan
y en el patio de trenes donde dicen adiós los desahuciados.
Amar, querer con esa nutrición de bien comido,
Querer en cada instante, a cada minuto,
en cada lugar inventado o descubierto o mal soñado
como si fuera la circulación.
El amar, el querer, no puede sofocarse
por que los dioses nos subieron al mundo
con un corazón que no descansa,
que de noche y de día y aquí y allá y a todas horas
retumba en su pum pum con el eco incandescente
de otro corazón.
Sobre la libertad sólo el amor.
El querer, el amar, no debe detenerse.

Salvador Pliego · 6 de Agosto de 2007

Muy elocuente y claro tu discurso sobre el amor y el querer. Bien logrados tus versos. Saludos.

Flavio Hugo Ruvalcaba · 6 de Agosto de 2007

Muchas gracias por tu opinión, es estimulante. Te envío mis saludos

Tuti · 6 de Agosto de 2007

Flavio... que fuerza llevan hoy estas lineas tuyas, todo un compendio que cobra fuerza a medida que se adentra en la lectura. Hermoso en verdad, que no pase un dia sin amar lo que nos rodea, en este instante amo también al poema. Abrazos y estrellas poeta...!

Flavio Hugo Ruvalcaba · 8 de Agosto de 2007

Tuti: Qué sentidas, amables y originales tus expresiones. Recibe mi agradecimiento infinito por esas palabras, trataré de escribir más versos que te gusten. Gracias. Abrazos

angelluz · 22 de Noviembre de 2007

El amar y el querer intensamente nos hace delirar y hacer locuras...pero esos sentimientos son los que hacen que la vida tenga sentido...
Me dispongo a leer y leer tus maravillosas letras y aprendo...no sabes como aprendo...y me encanta muchiiiiiiiisimo...
Besitos apretujados para ti con sabor a limonada bien friiiiiiiiiiia....muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuak....

Rosario Martín · 22 de Noviembre de 2007

Flavio Hugo Ruvalcaba dijo: ↑

Sobre la libertad sólo el amor.
El amar, el querer, no debe constreñirse.
Porque en el principio los dioses ordenaron amar
es pecado todo intento de zaherir el amor.
Amar, querer, querer con esa fuerza
poderosa y eléctrica,
con ese imán que imanta las manos a las manos
y hace de la pared una ciudad audible.
Amar con la entereza que lo construye todo:
el vientre de la madre para el hijo
y el brazo del herrero para el hierro.
Querer con el embate de los desesperados,
de las viudas, de los huérfanos silenciosos,
de los lisiados firmes, de los enfermos entecos y cenizos;
con la garra de los pobres aferrados al hambre
y al profundo deshielo.
Amar, querer, amar con ese ritmo
ufano y vanidoso, ecléctico, durable.
Querer en cada silla, a cada lámpara
como si fuera la respiración.
No dejar un segundo sin que el amor reborde.
No vivir un momento sin que el amor alumbre.
Amar a toda vela, querer endemoniadamente
en las mañanas sobre el sueño entibiado
y en las calientes tardes con el hervor en vilo.
Querer en las veredas de la noche cerrada,
en las calles, en los mercados verdes,
en las cocinas, en las bodegas inmóviles
de los muelles desnudos
y de los cometas insobornables.
En los campos hirsutos y sapientes.
En las escuelas claras, ateridas de lluvia
y en los basureros pacíficos
arqueados por los perros.
Amar en la fábula y el color líquido
y en la botella que destapó la vida,
en la sala del mundo que habitan los que bailan
y en el patio de trenes donde dicen adiós los desahuciados.
Amar, querer con esa nutrición de bien comido,
Querer en cada instante, a cada minuto,
en cada lugar inventado o descubierto o mal soñado
como si fuera la circulación.
El amar, el querer, no puede sofocarse
por que los dioses nos subieron al mundo
con un corazón que no descansa,
que de noche y de día y aquí y allá y a todas horas
retumba en su pum pum con el eco incandescente
de otro corazón.
Sobre la libertad sólo el amor.
El querer, el amar, no debe detenerse.
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Que no se detenga para ti el amar ,ni tu bella inspiración...Un abrazo

Flavio Hugo Ruvalcaba · 22 de Noviembre de 2007

Calorcito de Julio, de Agosto, de Septiembre, de Octubre y de Noviembre, extrañaba tu visita en estos versos, gracias por leerlos y dejar tu sutil perfume de malvas rojas. Besos

zantiago · 5 de Enero de 2008

El ritmo es incesante en estos versos tan profundos.
Te felicito!!

Flavio Hugo Ruvalcaba · 7 de Enero de 2008

Zantiago, muchas gracias por tomarte la molestia de comentar este poema, mi agradecimiento infinito. Abrazos afectuosos.

Rosario Martín · 15 de Febrero de 2008

Flavio Hugo Ruvalcaba dijo: ↑

Sobre la libertad sólo el amor.
El amar, el querer, no debe constreñirse.
Porque en el principio los dioses ordenaron amar
es pecado todo intento de zaherir el amor.
Amar, querer, querer con esa fuerza
poderosa y eléctrica,
con ese imán que imanta las manos a las manos
y hace de la pared una ciudad audible.
Amar con la entereza que lo construye todo:
el vientre de la madre para el hijo
y el brazo del herrero para el hierro.
Querer con el embate de los desesperados,
de las viudas, de los huérfanos silenciosos,
de los lisiados firmes, de los enfermos entecos y cenizos;
con la garra de los pobres aferrados al hambre
y al profundo deshielo.
Amar, querer, amar con ese ritmo
ufano y vanidoso, ecléctico, durable.
Querer en cada silla, a cada lámpara
como si fuera la respiración.
No dejar un segundo sin que el amor reborde.
No vivir un momento sin que el amor alumbre.
Amar a toda vela, querer endemoniadamente
en las mañanas sobre el sueño entibiado
y en las calientes tardes con el hervor en vilo.
Querer en las veredas de la noche cerrada,
en las calles, en los mercados verdes,
en las cocinas, en las bodegas inmóviles
de los muelles desnudos
y de los cometas insobornables.
En los campos hirsutos y sapientes.
En las escuelas claras, ateridas de lluvia
y en los basureros pacíficos
arqueados por los perros.
Amar en la fábula y el color líquido
y en la botella que destapó la vida,
en la sala del mundo que habitan los que bailan
y en el patio de trenes donde dicen adiós los desahuciados.
Amar, querer con esa nutrición de bien comido,
Querer en cada instante, a cada minuto,
en cada lugar inventado o descubierto o mal soñado
como si fuera la circulación.
El amar, el querer, no puede sofocarse
por que los dioses nos subieron al mundo
con un corazón que no descansa,
que de noche y de día y aquí y allá y a todas horas
retumba en su pum pum con el eco incandescente
de otro corazón.
Sobre la libertad sólo el amor.
El querer, el amar, no debe detenerse.
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Debí haberla llevado ayer a primera página,el amar,el querer no debe detenerse ni un solo segundo.Despues del día del amor y al leerlo por segunda vez lo encontré mas hermoso.Un placer leerte,un abrazo

Flavio Hugo Ruvalcaba · 15 de Febrero de 2008

Calorcito de Julio y de Febrero, muchas gracias por tu bello gesto, eres muy generosa. Recibe tú también un abrazo por el Día del Amor y la Amistad.

Flavio Hugo Ruvalcaba · 10 de Marzo de 2008

HaDa22 dijo: ↑

Me encantó la pasión y la entrega de este poema Flavito, yo también creo que el amor puede lograr muchas cosas, y no sólo hablo del amor de pareja. Hay que amar todo lo que se hace y todo lo que existe en la vida...porque para algo estamos vivos
Un placer leer este poema.
Mis abrazos
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Hadita, estoy totalmente de acuerdo contigo, hay que amar lo que nos rodea, a cada segundo, aunque de vez en cuando eso se vuelve un poquito difícil, jijijijijiji, pero hay que intentarlo siempre. Gracias por tus comentarios. También recibe tú mis abrazos y besos :::hug:::

SorGalim · 14 de Marzo de 2008

Flavio Hugo Ruvalcaba dijo: ↑

Sobre la libertad sólo el amor.
El amar, el querer, no debe constreñirse.
Porque en el principio los dioses ordenaron amar
es pecado todo intento de zaherir el amor.
Amar, querer, querer con esa fuerza
poderosa y eléctrica,
con ese imán que imanta las manos a las manos
y hace de la pared una ciudad audible.
Amar con la entereza que lo construye todo:
el vientre de la madre para el hijo
y el brazo del herrero para el hierro.
Querer con el embate de los desesperados,
de las viudas, de los huérfanos silenciosos,
de los lisiados firmes, de los enfermos entecos y cenizos;
con la garra de los pobres aferrados al hambre
y al profundo deshielo.
Amar, querer, amar con ese ritmo
ufano y vanidoso, ecléctico, durable.
Querer en cada silla, a cada lámpara
como si fuera la respiración.
No dejar un segundo sin que el amor reborde.
No vivir un momento sin que el amor alumbre.
Amar a toda vela, querer endemoniadamente
en las mañanas sobre el sueño entibiado
y en las calientes tardes con el hervor en vilo.
Querer en las veredas de la noche cerrada,
en las calles, en los mercados verdes,
en las cocinas, en las bodegas inmóviles
de los muelles desnudos
y de los cometas insobornables.
En los campos hirsutos y sapientes.
En las escuelas claras, ateridas de lluvia
y en los basureros pacíficos
arqueados por los perros.
Amar en la fábula y el color líquido
y en la botella que destapó la vida,
en la sala del mundo que habitan los que bailan
y en el patio de trenes donde dicen adiós los desahuciados.
Amar, querer con esa nutrición de bien comido,
Querer en cada instante, a cada minuto,
en cada lugar inventado o descubierto o mal soñado
como si fuera la circulación.
El amar, el querer, no puede sofocarse
por que los dioses nos subieron al mundo
con un corazón que no descansa,
que de noche y de día y aquí y allá y a todas horas
retumba en su pum pum con el eco incandescente
de otro corazón.
Sobre la libertad sólo el amor.
El querer, el amar, no debe detenerse.
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Los conceptos emitidos en este poema son excelentes, al igual que el formato poético.

Un abrazo

Flavio Hugo Ruvalcaba · 14 de Marzo de 2008

SorGalim dijo: ↑

Los conceptos emitidos en este poema son excelentes, al igual que el formato poético.

Un abrazo
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Gracias, SorGalim, por tus comentarios, son estimulantes. Yo también te envío un abrazo vacacional. Saludos afectuosos, estaré fuera unos breves días.

Ladime Volcán · 14 de Marzo de 2008

Flavio Hugo Ruvalcaba dijo: ↑

Sobre la libertad sólo el amor.
El amar, el querer, no debe constreñirse.
Porque en el principio los dioses ordenaron amar
es pecado todo intento de zaherir el amor.
Amar, querer, querer con esa fuerza
poderosa y eléctrica,
con ese imán que imanta las manos a las manos
y hace de la pared una ciudad audible.
Amar con la entereza que lo construye todo:
el vientre de la madre para el hijo
y el brazo del herrero para el hierro.
Querer con el embate de los desesperados,
de las viudas, de los huérfanos silenciosos,
de los lisiados firmes, de los enfermos entecos y cenizos;
con la garra de los pobres aferrados al hambre
y al profundo deshielo.
Amar, querer, amar con ese ritmo
ufano y vanidoso, ecléctico, durable.
Querer en cada silla, a cada lámpara
como si fuera la respiración.
No dejar un segundo sin que el amor reborde.
No vivir un momento sin que el amor alumbre.
Amar a toda vela, querer endemoniadamente
en las mañanas sobre el sueño entibiado
y en las calientes tardes con el hervor en vilo.
Querer en las veredas de la noche cerrada,
en las calles, en los mercados verdes,
en las cocinas, en las bodegas inmóviles
de los muelles desnudos
y de los cometas insobornables.
En los campos hirsutos y sapientes.
En las escuelas claras, ateridas de lluvia
y en los basureros pacíficos
arqueados por los perros.
Amar en la fábula y el color líquido
y en la botella que destapó la vida,
en la sala del mundo que habitan los que bailan
y en el patio de trenes donde dicen adiós los desahuciados.
Amar, querer con esa nutrición de bien comido,
Querer en cada instante, a cada minuto,
en cada lugar inventado o descubierto o mal soñado
como si fuera la circulación.
El amar, el querer, no puede sofocarse
por que los dioses nos subieron al mundo
con un corazón que no descansa,
que de noche y de día y aquí y allá y a todas horas
retumba en su pum pum con el eco incandescente
de otro corazón.
Sobre la libertad sólo el amor.
El querer, el amar, no debe detenerse.
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Increíble fuerza y apasionamiento, en cada verso, entre el episodio incierto de amar y querer,¡BRAVO!, te felicito, abrazos, besos y estrellas, muuacks!:::hug::::::hug::::::hug:::

Flavio Hugo Ruvalcaba · 24 de Marzo de 2008

Ladime Volcán;1282956 dijo:

Increíble fuerza y apasionamiento, en cada verso, entre el episodio incierto de amar y querer,¡BRAVO!, te felicito, abrazos, besos y estrellas, muuacks!:::hug::::::hug::::::hug:::
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Gracias, Ladime, por tus conceptos, son un estímulo para seguir cantándole al amor, que es la fuerza que mueve al mundo y lo que justifica toda existencia. Saludos y besos.

Yolanda Roman · 24 de Marzo de 2008

La diferencia entre uno y otro no es lo que lleva al poeta a dejar sus versos,solo entrega que son sentimientos que enoblecen al ser humano.Hermoso aporte con una sabiduria que no queda en sombra.
Un abrazo

Flavio Hugo Ruvalcaba · 24 de Marzo de 2008

Yolanda Roman dijo: ↑

La diferencia entre uno y otro no es lo que lleva al poeta a dejar sus versos,solo entrega que son sentimientos que enoblecen al ser humano.Hermoso aporte con una sabiduria que no queda en sombra.
Un abrazo
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Yolanda, muchísimas gracias por tomarte la molestia de leer estos versos, qué bueno que te hayan gustado, están escritos con el corazón. Saludos

sildiv · 25 de Marzo de 2008

Flavio Hugo Ruvalcaba dijo: ↑

Sobre la libertad sólo el amor.
El amar, el querer, no debe constreñirse.
Porque en el principio los dioses ordenaron amar
es pecado todo intento de zaherir el amor.
Amar, querer, querer con esa fuerza
poderosa y eléctrica,
con ese imán que imanta las manos a las manos
y hace de la pared una ciudad audible.
Amar con la entereza que lo construye todo:
el vientre de la madre para el hijo
y el brazo del herrero para el hierro.
Querer con el embate de los desesperados,
de las viudas, de los huérfanos silenciosos,
de los lisiados firmes, de los enfermos entecos y cenizos;
con la garra de los pobres aferrados al hambre
y al profundo deshielo.
Amar, querer, amar con ese ritmo
ufano y vanidoso, ecléctico, durable.
Querer en cada silla, a cada lámpara
como si fuera la respiración.
No dejar un segundo sin que el amor reborde.
No vivir un momento sin que el amor alumbre.
Amar a toda vela, querer endemoniadamente
en las mañanas sobre el sueño entibiado
y en las calientes tardes con el hervor en vilo.
Querer en las veredas de la noche cerrada,
en las calles, en los mercados verdes,
en las cocinas, en las bodegas inmóviles
de los muelles desnudos
y de los cometas insobornables.
En los campos hirsutos y sapientes.
En las escuelas claras, ateridas de lluvia
y en los basureros pacíficos
arqueados por los perros.
Amar en la fábula y el color líquido
y en la botella que destapó la vida,
en la sala del mundo que habitan los que bailan
y en el patio de trenes donde dicen adiós los desahuciados.
Amar, querer con esa nutrición de bien comido,
Querer en cada instante, a cada minuto,
en cada lugar inventado o descubierto o mal soñado
como si fuera la circulación.
El amar, el querer, no puede sofocarse
por que los dioses nos subieron al mundo
con un corazón que no descansa,
que de noche y de día y aquí y allá y a todas horas
retumba en su pum pum con el eco incandescente
de otro corazón.
Sobre la libertad sólo el amor.
El querer, el amar, no debe detenerse.
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Me dejas sin palabras ... pensando y anhelando que ese querer, ese amar, no se detenga nunca.
felicitaciones y mi respeto poeta.
cariños.

Flavio Hugo Ruvalcaba · 26 de Marzo de 2008

Fiorella, muchas gracias por tomarte la molestia de leer este viejo poema, que de vez en cuando alguien bondadoso revive, gracias por hacerlo ahora tú. Besos

Ictiandro · 26 de Marzo de 2008

Bravo ! poeta, me sumerjo en sus palabras y disfruto estos grandes versos. Lo felicito. Abrazos desde mi isla.

Flavio Hugo Ruvalcaba · 26 de Marzo de 2008

Ictiandro dijo: ↑

Bravo ! poeta, me sumerjo en sus palabras y disfruto estos grandes versos. Lo felicito. Abrazos desde mi isla.
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Gracias por darte tiempo para leer estos versos, es un honor para mí. Saludos fraternos hasta esa bella isla del Caribe, la patria de Martí y de Nicolás Guillén.

jesse salas · 26 de Agosto de 2008

Me atrajo mucho el titulo de este tema , que en reaidad es tan profundo como el sentir que le pusistes al escribir derrumbando los sentires hasta llegar al alma y su punto , grandeza de letras un abrazo sincero desde estas tieras ,Jess

Flavio Hugo Ruvalcaba · 26 de Agosto de 2008

jesse salas dijo: ↑

Me atrajo mucho el titulo de este tema , que en reaidad es tan profundo como el sentir que le pusistes al escribir derrumbando los sentires hasta llegar al alma y su punto , grandeza de letras un abrazo sincero desde estas tieras ,Jess
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Jesse, qué bien que te haya gustado este poema, empezando por el título, ojalá sea el adecuado. Muchas gracias por tan inmerecidos comentarios, te lo agradezco infinitamente. Saludos a ti y a toda esa hermana tierra colombiana.

tristany · 29 de Agosto de 2008

Flavio, este poema me ha conmovido. Es realemnte encantador y de una lectura sumamente atractiva.
Mi enhorabuena
Un afectuoso abrazo
Joan

Flavio Hugo Ruvalcaba · 29 de Agosto de 2008

tristany dijo: ↑

Flavio, este poema me ha conmovido. Es realemnte encantador y de una lectura sumamente atractiva.
Mi enhorabuena
Un afectuoso abrazo
Joan
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Joan, te agradezco infinitamente la gentileza de tus expresiones, qué bueno que te haya gustado este poema. Recibe también un abrazo fraternal.

Faetón · 1 de Septiembre de 2008

Extraordinario poema, Flavio. Todo un descubrimiento tu poesía. Leyéndote, poco más se puede añadir al querer y al amar. Demuestras tener un gran vocabulario y, lo que es más importante, un gran corazón.
Saludos y estrellas, poeta.

cherry_love · 1 de Septiembre de 2008

Flavio Hugo Ruvalcaba dijo: ↑

Sobre la libertad sólo el amor.
El amar, el querer, no debe constreñirse.
Porque en el principio los dioses ordenaron amar
es pecado todo intento de zaherir el amor.
Amar, querer, querer con esa fuerza
poderosa y eléctrica,
con ese imán que imanta las manos a las manos
y hace de la pared una ciudad audible.
Amar con la entereza que lo construye todo:
el vientre de la madre para el hijo
y el brazo del herrero para el hierro.
Querer con el embate de los desesperados,
de las viudas, de los huérfanos silenciosos,
de los lisiados firmes, de los enfermos entecos y cenizos;
con la garra de los pobres aferrados al hambre
y al profundo deshielo.
Amar, querer, amar con ese ritmo
ufano y vanidoso, ecléctico, durable.
Querer en cada silla, a cada lámpara
como si fuera la respiración.
No dejar un segundo sin que el amor reborde.
No vivir un momento sin que el amor alumbre.
Amar a toda vela, querer endemoniadamente
en las mañanas sobre el sueño entibiado
y en las calientes tardes con el hervor en vilo.
Querer en las veredas de la noche cerrada,
en las calles, en los mercados verdes,
en las cocinas, en las bodegas inmóviles
de los muelles desnudos
y de los cometas insobornables.
En los campos hirsutos y sapientes.
En las escuelas claras, ateridas de lluvia
y en los basureros pacíficos
arqueados por los perros.
Amar en la fábula y el color líquido
y en la botella que destapó la vida,
en la sala del mundo que habitan los que bailan
y en el patio de trenes donde dicen adiós los desahuciados.
Amar, querer con esa nutrición de bien comido,
Querer en cada instante, a cada minuto,
en cada lugar inventado o descubierto o mal soñado
como si fuera la circulación.
El amar, el querer, no puede sofocarse
por que los dioses nos subieron al mundo
con un corazón que no descansa,
que de noche y de día y aquí y allá y a todas horas
retumba en su pum pum con el eco incandescente
de otro corazón.
Sobre la libertad sólo el amor.
El querer, el amar, no debe detenerse.
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Una gran Oda al amor, felicitaciones, un placer leerte.!

Saludos!

Flavio Hugo Ruvalcaba · 1 de Septiembre de 2008

Faetón;1659812 dijo:

Extraordinario poema, Flavio. Todo un descubrimiento tu poesía. Leyéndote, poco más se puede añadir al querer y al amar. Demuestras tener un gran vocabulario y, lo que es más importante, un gran corazón.
Saludos y estrellas, poeta.
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Gracias, Faetón, por tus generosas expresiones. Saludos desde las montañas y planicies de la poesía de ultramar.

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