Cobardía

Cobardía

Como ráfaga de vida,
que trae el nacimiento,
entre llanto de bienvenida,
y frío estremecimiento.

Así vivo mi recorrida,
en un mundo de escarmiento,
donde se salda la cobardía,
en doliente sufrimiento.

Entre temores, diluida,
por miedos que consiento
entre vivir y morir vencida,
al vendaval que enfrento.

Con aplomo y decidida,
entre confusión disiento,
que la ilusión es una huida,
en la que abato muy lento.

Para escapar del lamento,
y no caer desfallecida,
al cruel acontecimiento,
que consume mi herida,

Al alojar un sentimiento
que se consume y oxida,
por defender lo que miento,
hoy, él presagia su partida.


Adela Castillo​

]

 

Muy lindo, pero deberías armarte de valor, en fin quién no arriesga no gana.

beSOS.

 

hermoso....
solo te digo que me identifique alguna vez con ese sentir...

 

Hermoso escrito...dejo mi felicitacion sincera...saludos!!

 

no se puede claudicar la esperanza en alas de la desolacion total querida amiga...sea poema solamente este triste escrito y no la vida que vive tu alma...a ti se te desea paz, amor, salud, fortuna..un abrazo Adela..

 

Bella inspiración que melodiosamente habla de los amores que callan.

muy bello y bien escrito.

te saluda.

mariela.

 

Mucha razon en tus palabras...las tomare en cuenta..

Besos,
Adela

 

Precioso escrito...
Muy de acuerdo con Yanosky,
hay que arriesgarse...así es el amor.
Un placer leerte.
Saludos, cuídate mucho.​

 

¡Ah, el miedo! Ese pertinaz enemigo del hombre, que una y otra vez vuelve a la carga. Nacemos con miedo, sí, como dicen tus versos, y te cito:

"Como ráfaga de vida,
que trae el nacimiento,
entre llanto de bienvenida,
y frío estremecimiento."

Y así aprendemos a vivir, Ade, por miedo y con miedo. Tú lo díces:

Así vivo mi recorrida,
en un mundo de escarmiento,
donde se salda la cobardía,
en doliente sufrimiento.

Pero constituye la escencia del ser humano, el aprender a enfrentarlo cada vez, sabiendo que volverá, persistente, a azotarnos como hojas de otoño:

Entre temores, diluida,
por miedos que consiento
entre vivir y morir vencida,
al vendaval que enfrento.

Y a sumirnos en una confusión, en una aterradora oscuridad que nos tientan a huir, a escapar, a no hacerle frente:

Con aplomo y decidida,
entre confusión disiento,
que la ilusión es una huida,
en la que abato muy lento.

Y así empezamos a tenerle miedo al miedo a tener miedo de sentir miedo. ¿Leíste bien? ¿No te parece un sinsentido?

Para escapar del lamento,
y no caer desfallecida,
al cruel acontecimiento,
que consume mi herida,

Y si nos entregamos, si nos dejamos vencer por el miedo, ya no podremos enfrentarlo jamás y nos volveremos apocados, tristes, subsumidos en una eterna sensación que nos galvanizará y nos hará perder todo aquello de bueno con que nos puede sorprender la vida. No lo digo yo, lo mencionas tú:

Al alojar un sentimiento
que se consume y oxida,
por defender lo que miento,
hoy, él presagia su partida.

Moraleja, Ade Castillo: la vida es riesgo. El miedo se vence, sintiendo miedo, reconociéndolo, identificándolo, dejando que nos pase por adentro y percibiendo su presencia. Porque instantáneamente que lo reconocemos, le ganamos esa batalla y ya no somos más rehenes.

Profundas palabras, Adela. Me han hecho reflexionar acerca del miedo, ese pertinaz enemigo del hombre.
Mi reconocimiento a tus versos,

Luis

 

Si, creo que muchos nos identificamos con este sentir...el temor suele congelar el alma...

Besos,
Adela

 

buen ritmo ...me tomo de la mano y me dejo en el fin...mil saludos para ti