Tu espalda y mi desdicha

He rasgado la seda de tu camisa
con mis lágrimas de cristal
(cortantes, materializadas, y saladas)
con un toque de mar bravío
en pleno verano…

Mientras mis uñas se pudren
con la tez de tu piel
-sostenida-
por la fuerza de mis manos
cuando intentas huir
(de mi) sin un adiós.

¿Dónde está la despedida infinita que al menos me corresponde?
¿Acaso no ves mis rodillas sangrar?
Yo merecía más que una mirada al suelo,
más que tu estrujón en tu salida,
creo que más que un mísero silencio.

Al menos no pequé de malsana,
-pero soy masoquista-

Y entre tu espalda y mi desdicha
te pregunto:

¿Y el amor?
¿A dónde se marchó?
Fue más barato joderse a una puta…
que ver en mí, una maldita sonrisa.
Por lo menos tengo la educación de llorar
y decirte … adiós.

 

creo que en cuestiones de amor
todos....todos!!! somos masoquistas...
nos gusta ese sentir de desesperacion..
las lagrimas crusando por los labios...
el saber amargo de sal...
y el desahogo que nos calma...

aun no entiendo porque algo tan bello
a veces duele tanto..

hermosas letras

diablito

 

Gracias linda por pasarte a mis escritos. No, la mala educación no es llorar, es irse sin despedirse, por eso al final comento lo de la educación que tiene la protagonista de esta historia al llorar y decir adiós. Un gusto bella.

 

Pues, en eso tiene razón, como algo tan lindo duele,
pero cada quien escoje un camino aún cuando no se dejen
cosas buenas. Un gusto. Besos.