Mundo al revés visto de abajo

Como la vereda a nuestras suelas gastadas,
el charco por suerte,
no pregunta cuanto pesa la Luna.
La sostiene y refleja por suerte.
Le viene bien un poco de luz,
a esta esquina sombría.

Hay quien dice que hay ángeles y demonios,
que por una calle de estas,
pasa el borde del primer mundo
y los fantasmas de aquellos
que vendieron cara la derrota.

Uno,
simplemente no puedo más que intentar.
Pedirte, madre, que no llores.
La línea fluctúa,
¿quién sabe de cual lado quedaremos mañana?
Sólo que calzamos zapatos,
vestimos camisa,
nos llamamos Roberto, Lucía,
Alcides, Esther, Ademar,
Fabio, Nahuel, Domingo o Rosamaría.
Que tenemos que seguir.
Que a veces nos olvidamos que tenemos cabeza.
Que estamos en el culo de los mapas,
y que hace ya, algún tiempo, esto se llama Sudamérica.
Y que hoy estuve a esto de vivir,
pero por ahora sigo muerto por no animarme,
acá,
al fondo del Sur.

Hoy recién es el qunto día,
falta para el descanso
Quería escribírtelo en este papel,
antes que se me olvide,
mirando un charco donde la Luna entre las nubes
renacía.

 

Somos vecinos!!
Estamos los dos deambulando por un mapa, que a veces no reconoce nuestras tierras...

me gusto tu creación, saludos desde el otro lado de la cordillera.

NikI