Horas

HORAS

                                                                       
                                                                                   Aquellas horas sin alma
                                                                                   que viven muertas
                                                                                   en el inconsciente                                                            



Las horas se guardan
en huracanes de vientos,
y vientos son mis letras,
alegrías, sentimientos,
y vaivenes de tristezas.
Las horas se clavan.

…son como secretos
disfrazados de belleza,
alentadas en desprecios,
trabajosas en pereza,
y por su paso en silencio
a través de la conciencia,
así mueren en el tiempo,
ni perdonan a la bestia.

Y recuerda con certeza:
las horas son tus horas,
serás su valiosa presa,
y una mañana de aurora,
vestida como duquesa
y de brillante corona,
te cortará la cabeza.

Así pues, vive,
y no de cualquier manera,
que la muerte espera,
y sin girarte, vive,
ama como quieras,
y con el alma ciega.

No dudarás del poeta,
este que sirve al amor,
el mensajero de la tristeza,
este que deleita al corazón
con verdades inquietas
que desconfía el descifrador.

Por eso te digo: ama,
y vivirás eternamente,
y sin pensar mata
al final destino pendiente,
y con ella, las horas esclavas,
¡y vive, y sé consciente!

 

¿Qué puedo decir de este sublime poema que me ha arrebatado momentáneamente las palabras?

Lo único que se me ocurre es... ¡Que nos deleites con otro muy pronto!

Un saludo.

 

Marina, como uno de los tantos "mensajeros de la tristeza" que deambulan sin norte... me siento responsble de recuperar estos versos que no solo te describen... sino que tambien a muchos de nosotros, cabizbajos prisioneros del amor y "verdades inquietas".

Muchas gracias.

 

Gracias por rescatar estos versos, Ale. Son de los primeros poemas que he escrito , no de ahora, sino de mi paso hacia la afirmación en mi estilo, no me parece muy bueno, pero sin duda, a este le tengo un gran cariño por ser eso, de los primeros en darme aliento. Un abrazo muy fuerte.

 

Marina, es verdad que se queda una sin palabras ante tus poemas.

Eres...simplemente una maestra. Me pregunto muchas veces como escribirás tú cuando haya pasado el tiempo suficiente y tengas el suficiente bagaje de vida.

Ovación cerrada para la malagueña guapa.

Un beso