A las damas de los girasoles

Y de nuevo solo estoy
con el violín de mis soledades
tocando para ustedes
damas de los girasoles de amores.

Ustedes escuchan este cantar de las cuerdas de mi voz
en las tonadas fijas y altas,
tristes y amargas
que aclamo para se escapen con el viento
en medio de sus miradas calladas.

Y de nuevo,
solas sois
cuando se acercan a mi acecho
por el increíble estandarte de un beso
que quiso mi poesía,
pena dedicarles.

¡Ah!
Pero antes,
no olviden damas de los girasoles,
que bien pudiera aceptar sus pasos cercanos
después que calle mi violín
al cerrar el libro mágico
de mi vida
y se oscurezcan mis ojos
de muerte cansados.
​

 

Es un apacible escrito, Caballero
se lee fácilmente, tiene un encanto
a tierra húmeda y amarillos
un gusto pasar
Saludos.​

 

me ha gustado....gracias por compartirlo...un abrazo infinito...