Deambulante

[center:605fd69d17]Deambulante

¿Y mi alma? ¿Dónde está mi alma?
¿Y los versos perdidos del amor?
Ay, esos versos que
ya nunca llegan porque
se ahogaron en mi dolor,
esos versos que imploro
con la cadencia de mis silencios;
mi alma, mis versos…
Ya perdí tanto, tanto,
que no soy yo.

¿Y mi vida? ¿Dónde está mi vida?
¿Y el dulzor amargo del corazón?
Ese dulzor que
tirita en mis labios,
esos labios que cortejaban el aire…
Ese aire que ya ni es aire.
Mi vida, mi corazón…
Y entre ellos,
no más ¡por favor!

¿Y la pregunta? ¿Dónde está la pregunta?
La que siguiente dispone el verso,
y que del verso envaina el momento.
La que culmina la última letra
y descompone el lacrimal de almas.
La pregunta, el momento…
Ya ni concluyo que ni termino.
Más bien me voy,
que ni falta me hace
ser penumbra deambulante.[/center:605fd69d17]

 

PRECIOSO VERSOS LLENOS Y VACIOS A LA VEZ PERO COMPLETOS Y MUY BIEN LOGRADOS ME ENCANTO UN ABRAZO

 

Me alegra volver a leerte otra vez Marina...espero de corazón que estés bien...tus versos reflejan eso que siempre ví en ti...y no lo expresas solo en estos...lo expresas en todos es tu firma y va contigo...es tu esencia y no se puede disimular...
Un abrazo querida...se te extrañó mucho...al menos yo...aunque no lo diga...cuídate mucho y no dejes de escribir jamás...
Con todo el cariño del mundo...Elena

 

Bueno, quizás no estoy tan bien como debo, querida amiga. A veces la vida da la espalda y uno, tiene que aprender a sufrir. Pero sí es cierto que mis versos siempre hablan igual. Siempre.

Un beso enorme, Helena.

 

Marina, no sé si a algún lector le ha interesado saber cual es "la pregunta". Solo te puedo decir que yo me la he preguntado cada dia en mi fatidica existencia, cada mañana, cada atardecer. Tu poema debe seguir siendo leído y sentido como me llegó a mí. Muchas gracias por haberlo publicado.

 

DEAMBULANTE

¿Y mi alma? ¿Dónde está mi alma?
¿Y los versos perdidos del amor?
Ay, esos versos que
ya nunca llegan porque
se ahogaron en mi dolor,
esos versos que imploro
con la cadencia de mis silencios;
mi alma, mis versos…
Ya perdí tanto, tanto,
que no soy yo.

¿Y mi vida? ¿Dónde está mi vida?
¿Y el dulzor amargo del corazón?
Ese dulzor que
tirita en mis labios,
esos labios que cortejaban el aire…
Ese aire que ya ni es aire.
Mi vida, mi corazón…
Y entre ellos,
no más ¡por favor!

¿Y la pregunta? ¿Dónde está la pregunta?
La que siguiente dispone el verso,
y que del verso envaina el momento.
La que culmina la última letra
y descompone el lacrimal de almas.
La pregunta, el momento…
Ya ni concluyo que ni termino.
Más bien me voy,
que ni falta me hace
ser penumbra deambulante.​

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Perdón por agrandarte. Pero es preciso destacar que al deambular, tu alma nos campea.

Aún yéndote hacia esas penumbras que nombrás, tu mundo interno nos lanza tus destellos.

UN ABRAZO.

 

Hay versos que se ahogaron en tu dolor
hay otros que nacerán de un nuevo amor!

Saludos

Carlos

 

Un placer leerte,
disfruto de tus hermosos versos...