Dos orillas

Dos orillas
Por Hebert Fayet

Tu padre fue un Oriental
de La Aguada, por mas seña
y tu madre una Porteña
nacida en La Paternal,
y aunque empezaste a tallar
en la otra orilla primero
cruzaste el charco y canchero
a la milonga copaste
y con tu fueye ganaste
el alma del milonguero!


Tango de la Paternal
de Barracas y Pompeya,
donde bailó La Mireya
en brazos del Cachafaz,
tango que también estás
con Sosa, en el Barrio Reo
y en los ranchos del Buceo
con Roldan y Enrique Campos
tango... que sos el encanto
de dos orillas que quiero.

 

Gracias amiga Isissora.
Te diré que este verso está dedicado al tango y a las dos orillas del Río de La Plata, que son las orillas de Uruguay y Argentina.

Me alegro que el poema te haya traído el dulce recuerdo de tus padres bailando un tango.

Cariños.
Hebert.

 

Bueno, desde un trocito de mi Madrid, yo sí entendí... y añoré esas dos orillas que tantas veces he soñado... y ese río con nombre mágico y música de tango... Me gustó mucho... Te mando un beso.

 

Gracias amiga Scarlata por tu mensaje desde el bello Madrid.
Cariños desde Australia
Hebert.

 

Sí señor, un poema al tango.
Muy bueno.

 

Gracias amiga Alma cautiva por leer y contestar.
Un abrazo desde Canberra.
Hebert.

 

Hoal Hebert, no entiendo el poema porque es muy "local" ..en fin ya me lo explicas. ¿ Cómo va tu ciencia?..espero, ya sabes, que le metas arte, que lo necesita. Oye , supongo que has leído a Vallejo, tu paisano. Yo te recomiendo su obra completa, es un poeta enorme. Un abrazo.

 

Hebert esa Aguada la siento en 2 x 4 junto a La Paternal...
Los ranchitos del Buceo, por Dios, que imagen!
Tango de dos orillas pero con un mismo corazón, te lo dice un yorugua
que vivío en las dos orillas con el corazón partido en dos...
Abrazos!

 

.......

Gracias Cuende por leer y responder

Te diré que admiro mucho a Vallejo pero lamentablemente no es paisano mío ya que él era peruano y yo soy ríoplatense.

Un abrazo .
Hebert.

 

Gracias compatriota Sandro por tu amable respuesta.
Vaya un abrazo para vos desde la lejana Canberra.
Hebert Fayet