Leve Salinidad

Cómo hacer para desgreñar el alma,
para desangrar la histeria,
para no llorarle a la paciencia.

Cómo hacer para hoy no ser,
ni mañana,
ni ayer.

Es que siento el frío de la mano húmeda
de la blasfema mentira.
Es que siento el tibio rumor del pecado
en mi oreja, que me llama,
que me colma, me desnuda.

Lentamente, casi sin notarlo,
como un gato acechante,
inhalo el aroma que emana la virilidad,
el aroma febril de la leña crepitante
en medio de nubes apagadas de espuma marina,
de bruma, de terror, de brisa, de sonrisa.

Luego una ráfaga furiosa arroja la
fantasía por la ventana;
trae a la Angustia y el Remordimiento bajo el brazo.
Me lanza a la pútrida calle pegajosa
y me flagela con piedras de sal,
con látigos de biblias, de abuelas,
de madres, de niños.
Me baña con agua bendita
que hace efervecer la sal de mis llagas,
que me carcome los pies para no huir,
que me sella la boca para no hablar.

Un hombre elefante me alza con su trompa,
me cobija con sus grandes orejas,
me lleva al recinto de Prometeo
y me arropa en mi cama.

La tierna caricia del velo de novia
me despierta cantando su marcha nupcial.
La densa vigilia ha pasado,
pero como siempre, ha de volver a empezar.​

 

La vigilia... Tantas cosas que se pueden ver y sentir cuando estás a su merced.

Y cuántas cosas había, de hecho... Desde la histeria hasta el hombre elefante... Algunas personas dicen que una no puede sentir tantas cosas a la vez, porque explotaría. Yo pienso más bien que habría una encarnizada lucha en tu interior, tal vez te desgarrarían las entrañas en su batalla imparable, pero al final, una decisión, y uno de ellos vencerá... o dos, o tres... pero los que queden conformarán la decisión que tomaste, y el rumbo que seguirás este día.

Me encata la introducción que hiciste y la estrofa con que cierras. Hace un ciclo, eterno, largo... así me lo imagino yo después de ver todas esas imágenes desde el inicio hasta el final, verso tras verso.

Juas, mira: hasta tiene cabida entre lo surrealista, digo yo.

Pos'esa... ni qué decirte, hija mía.
Me quito el sombrero (cuando lo tenga, ¿vale?)

No, de veras que ya no sé qué decir.

Nos vemos pronto,
:::hug:::

 

Jámás se puede huir de aquel amor que vivimos y experimentamos, y que de alguna manera nos hizó sentir algo hermoso, aunque ese amor tambien de alguna forma nos haga sufrir, pues no hay amor que no cause dolor, el amor es como el fuego que para llegar a fundirce por el fuego debe pasar. No importa cuanto dimos y si valoraron lo que dimos, el hecho es que lo dimos con total desprendimiento, pues así es el amor y jamas ninguno de nuestros actos de amor por errados que sean nos deben causar remordimiento al alma son actos de amor y quien no respete estos actos no amado jamás, jamas conoció la felicidad. Magnifico poema, te felicito con creces. Stich.

 

Querido Stich:

no puedo menos que rendirme ante sus mensajes, qué poéticos, hasta para comentarme es usted tan dulce. Gracias. Tendré en cuenta todo lo que me digas.

 

Sinceramente que ha sido un placer leer este poema cargado de metáforas, similes y también un subrrealismo exquisito. Felicidades.