Lo triste de Magalí

Tengo un amigo que se inventa la vida,
y tiene una hija imaginaria llamada
Magalí.

Cuando nos volvemos y esquivando
los vómitos de la ciudad, caminamos
y caminamos, me cuesta mirarlo
a los ojos.

Preferiría flotar hasta las nubes,
negras de noche y epopeya, y mirar
desde lo alto las pequeñas luces,
las calles y los taxis, lejanos,
diminutos.

O entrar a un bar de subsuelo,
enamorarme hasta la muerte
de aquella stripper de ojos
de niña, mientras
olvido qué era el tiempo.

No me sostienen vínculos en el día,
no saludo a los vecinos
y cuando fumo un cigarrillo
me acuerdo de tardes
sin amparo.

 

muy bien amigo, me ha gustado mucho tu poema, saludos

 

De verdad me encanta tu manera de escribir poesia, te llenaron las manos y con tu pluma de maravilloso talento

EXELENTE

 

Me ha resultado interesante el poema. Original y alejado de estereotipos.Saludos.Pepe Junco