El profesor

Hoy, al contemplar
el fondo de los pasillos,
sin nadie, solitarios,
he vuelto a recordar
a esos chiquillos
que no paraban de hablar.
Iban risueños
sin dejar de albortotar.
Empecé a andar
mirando en cada aula,
tal vez, para revisar....
Sin saber muy bien por qué
en una de ellas entré.
Sin querer,
otal vez, queriendo,
en la mesa me senté
donde clase solía dar
y, a mi alrededor, miré....
Los pupitres vacíos,
las mesas sin libros,
la pizarra sin mancha....
era una sensación extraña.
Miré a la ventana
y, de nuevo, pensé
en esos años atrás
donde solía enseñar.
Y me acordé
de unos muchachos
¡qué guerra
no paraban de dar!
¡Para ellos,
era importante destacar!
No obstante,
todos, alegrías daban.
Me levanté
y cerré el aula
a la vez que un suspiro
se me escapaba;
mientras, la gente llegaba.
Todo transcurrió normal,
pero, para mí,
ese día, era especial.
¡Cuántas anecdotas
puedo recordar!
Unas tristes,
otras, alegres....
¡Qué satisfacción
puedo experimentar!
Sabiendo que, a muchos
de ellos, pude ayudar
a sus sueños realizar.

 

Genial!!!! Aun que yo no soy maestro vivo rodeado de ellos... Excelentes tus versos, poeta.