Quiso la tarde hundida

Quiso la tarde hundida, desplomar su cielo herido

en sangre de lamento encarnado en tus ojos.

Ni pude de los restos de tu amor recoger despojos,

pues solo escondían tus labios un beso fingido.

Y ya por ti, arrojé la libertad, olvidé el sentido:

del asomo atrevido de la luna resulté antojo.

Mostrándote mi sombra herida del negro al rojo,

se desvanece por lo mismo que ha existido.

 

Vaya. te digo que es un poema bastante triste. aunque no se exactamente como duele en el alma. un amor destrozado, o uno falso. aquello de que un clavo saca a otro clavo. se le pueden dar muchas interpretaciones, y a pesar de ser corto, me conmovio profundamente. te felicito.