Ciela o teoría del conocimiento

Yo sólo sé que el amor
unas veces entra por los ojos,
otras por la nariz,
algunas más por el oído
y hay quien dice que también
por el estómago.

El problema es una vez que entra:
adentro se convierte
en un perro rabioso.
Para sacarlo,
o te desgarra las entrañas
o lo obligas, a palos,
a quedarse ahí.

 

Un tema muy cierto,
le felicto y le dejo
5 estrellas a
su talento
saludos
​

 

Poema breve e intenso, además de sabio.
Cómo se hace para no quedar infectado por esa rabia? Debiéra de haber una vacuna.
Te mando un gran abrazo amigo.

 

Cortito pero efectivo... me gustó leerte en este poema que es el primero que leo de tu autoría compañero de letras. Soy nuevita en el portal, no tan nuevita en el portal de la vida: Gra

 

Conozco el origen y el trasfondo de ésta tu poesía y me parece espectacular las imagenes que logras a partir de tus letras.
Felicitaciones poeta.
Daniel

 

Y la consorte del perro es la perra de nietszche ..se llama sensualidad y te come el un pedazo de alma si no le das carne...
Excelente escrito...aplausos.

 

Lindo poema, tiene ese algo especial que logra encantar.

Un besito.

 

Pasos Misteriosos:
Recibo con agrado tus estrellas y vaya a cambio un abrazo. Hasta luego.

 

Azul Profundo:
Creo que no existe vacuna y si la hubiera nadie querría ponérsela (al menos yo no). ¿Tú te la pondrías? Siempre es un desafío lidiar con un perro rabioso como el amor. Hasta siempre. Besos.

 

Graciela Paoli:
Ya de entrada el placer es mío, y si te gustó es doblemente placentero para mí.

 

Cipres 1957:
Qué bueno que hubo identidad en ti con estos versos, ése es uno de los propósitos de todo aspirante a poeta y de la poesía misma. Un abrazo.

 

Leónidas de Rosario:
Y en veces se come cuerpo y alma completos, y no puedes o no quieres hacer nada por evitarlo. Gracias. Hasta luego.

 

Roxy Ancayay:
El encanto lo produjo mi querida Ciela y no había otra forma de contestar a sus letras, eso hizo que un simple comentario se convirtiera en un poema para ella. Hasta siempre.

 

Yo sólo sé que el amor
unas veces entra por los ojos,
otras por la nariz,
algunas más por el oído
y hay quien dice que también
por el estómago.

El problema es una vez que entra:
adentro se convierte
en un perro rabioso.
Para sacarlo,
o te desgarra las entrañas
o lo obligas, a palos,
a quedarse ahí.



Es como haber tenido una criatura con el viento. Pero qué hijo hemos tenido. Apasionado el chico. Ráfaga pura: la estirpe de su padre. Ahora bien, que no muerda en el "parvulario"... ja ja ja. Y qué nombre tiene... Gracias, querido viento de América, por nuestro intercambio y por la emoción que siempre me generan tus versos.

Un abrazo carente de teorías :::hug:::.

 

buen estilo tienes,
me gusto,
saludos,
Dios te bendiga.

 

lineas muy marcadas mi amigo. saludos.

 

Ciela:
No podía tener otro nombre mejor. El nombre de un poetisa apasionada de su quehacer poético y del amor. Un gran beso para ti. Hasta siempre.

 

Héctor Hugo:
Recibo con agrado tus comentarios y tus deseos. Gracias. Hasta luego.

 

Vidit:
Tan marcadas como las desgarraduras de ese perro que a veces no queremos dejar salir. Hasta luego.

 

Muy originales tus versos, nos haces reflexionar que el amor entra por los sentidos y cuando se radica, no lo dejamos salir.

Estrellas y muchos saludos.

 

Albuja Bravo Guillermo:
Y lo peor no es dejarlo salir, creo, viéndolo a la distancia, que es no dejarlo entrar, aunque lo tengas en las narices. Gracias por tu lectura. Un abrazo. Hasta luego.

 

Excelente.simple y contundente, esta ladrando la perra de Nietzche que te come un pedazo de alma si no le das un pedazo de tu espiritu...eso tambien es amor.
Saludos Viento

 

ocelotl amatl:
Más vale tarde que nunca, y aunque tarde gracias por tu comentario. Son las marcas que deja un perro rabioso en corazón. Hasta luego.

 

Leónidas de Rosario:
Y a veces devora sin tener hambre siquiera. Tarde pero al fin contesté tu amable comentario. Hasta luego.