Todo me recuerda a ti

Todo me recuerda a ti,
la alborada en la Habana,
y la ciudad gris oteada
por mis ojos desolados
y la noche en sí.
Yo no conozco la soledad
porque te tengo a ti,
porque has creado mundos en mí.
Nunca podré estar solo.
Todo me recuerda a tí,
los sueños de asaz tristeza
y rabia infinitamente oprobia,
la ausencia de sonido
y la música que despierta
recuerdos lúgubres
bajo un cielo bermejo y lobrego.
Nunca podré estar tan solo.
Los espejos revelan
que mi amor es la zupia
de todos los intentos
que han buscado halagarte
y exaltarte.
Las noches de bullicio
y las tardes frescas,
la literatura y el cine
me recuerdan con puñales
y lagrimas, mi avidez infame.
Nunca podré estar solo
mientras tú vivas en mí.
El frescor del amanecer
me envuelve
y resulta ser tan mórbido
como tu piel.
No consigo empequeñecer
quien tú eres,
porque al final
viviendo distante
estas en mí.
Si estuviera solo
podría alimentar
a este espíritu execrable.
Soy vehemente cuando
dedico inventos internos,
que esbocen el despertar
de caminatas despreocupadas
y alegres acompañdas de ti,
tomada a mi mano.
Siempre con un anhelo,
torcido y vago, inútil y
utópico, pero nunca inmediato.
Todo me recuerda a ti,
nuestros cuerpos están tan lejos,
nuestro espíritu lo está también,
empero, agradezco esa libertad
que tu me has dado
para crear más mundos,
donde aún pueda sentir y vivir,
simplemente, con o sin la felicidad.

 

Holaaa me gusto tu poema muy bonito saludos

 

Muy bueno! Saludos.