Definición inexacta de mentira

A mi padre que algún día me dijo que tenía preso al mar. No contaba buenas historias, pero no mentía.
​

Llevé el caracol a mi oreja.
Sin pedir permiso,
de sus entrañas,
como suspiro de animal dormido,
salió el rumor milenario del mar.

¡Santo Dios!
¿Y la arena,
y la sal,
y las gaviotas,
y los peces,
y el agua azul,
y las olas...?

 

Bello poema, provoca una imagen muy especial. De eso se trata la vida, de encontrar en las más insignificantes cosas lo maravilloso.

 

bello poema muy original y delicado, grato leerle

 

Un poema que recoge las incógnitas del mundo que contiene el mar. Preciosos interrogantes respondidos con metáforas que interrogan y nos hacen vibrar las respuestas no habidas... ésas que se vuelven semilleros de Poesía.

Excelente, amigo viento.

Estrellas como ráfagas y un abrazo oceánico.

 

Me fascinó tu poema. Todo cabe en el ruido de una caracola. Un abrazo.

 

gusto en recorrer tus lineas compañero, saludos y abrazos.

 

Beso de luna:
Una vez más te recuerdo que las pequeñas cosas no las hayamos si no tenemos nuestros sentidos alertas, ellos nos dan entrada a otros mundos, y si no nos permiten inventarlos. Espero pronto aguses los tuyos. Suerte.

 

Guise:
Es que de esa manera me llegaron los recuerdos, sólo bastó estirar la mano. Gracias.

 

Ciela:
Tú que conoces el mar, no hablo de simplemente vacacionar, sino en verdad conocerlo, sabe de lo que hablo. Por eso un hombre de tierra adentro suele a veces conformarse con un caracol como recuerdo, pero y lo demás dónde quedó..., perdón Ciela, perdí la idea y sólo te agradezco tu visita. Bienvenidos los abrazos.

 

Clara Schoenborn:
Así es, un caracol convertido en una caja de recuerdos. Qué bueno que te gustó. Hasta luego.

 

Vidit:
El gusto es mío, gracias por tu lectura. Hasta luego.