Dos aspirinas disueltas en agua

Bajó lento el manto de vino derramado
sobre la naturaleza artificial que se dice sin espina
A pocos pasos el final inconcluso de la esquina
entre el infinito llover de lo triste y lo mojado

La canción que me habías otorgado
conocedora de tu ausencia aún resuena
en la voz de un murmullo, de un motor o una sirena
actores y testigos del sueño malogrado

Revistas sin noticias y sin foto destacable
los charcos antes evitables y evitados por rutina
intrascendencias ante lo que ahora se termina
y fué costumbre en una vida más amable

Con los globos entreabiertos al adentro y al afuera
actualidades y recuerdos forman coro que no afina
destellos en lo incompleto de existir que determina
el fin del alma para que así el dolor ya muera

Escaparates y carteles hacen el llamado
reclamando que salga y me detenga en la banquina
mientras dos aspirinas disueltas en agua cristalina
vienen y me acercan de frente al otro lado

 

A todo buscamos remedio o solucion igual la vida corre y no podemos quedarnos parados.
Un gusto amigo pasar aqui.

 

Gracias por tu gentil aplauso. En rigor de verdad no da para tanto...es un simple escrito de un amigo que se arrojó al paso de un autobús, escrito que hice mío porque ya no hay quien reclame su autoría.
¡fuerte abrazo, querido amigo!

 

esto de las dos aspirinas disueltas en agua, lo tenía anotado como un remedio para un infarto... hago analogía con tus infartantes versos melancólicos... ¡muy buenos eh!

un abrazo transandino

Ramiro

 

Muy bien poeta, excelente forma de manejar tan cotidiana "medicina"


felicidades

 

Gracias por pasar Hector.
Un gran abrazo

 

Algo hay que hacer, no podemos quedarnos parados...
El gusto es mío por tu paso Hector
Abrazo