La espera.

Si sé que voy a verte, que voy a estar contigo,
quisiera convertir las horas en segundos.
Pero es tanto mi anhelo que el tiempo es mi enemigo
y cada instante dura lo que ha durado el mundo.
La vida se detiene, gotea, no transcurre,
se arrastra perezosa sin avanzar apenas
y hasta puedo sentir la sangre, que discurre
desesperantemente despacio por mis venas.
El corazón, inerme, detiene sus latidos;
quiero avanzar, no puedo, se hace eterna la espera;
se apagan los colores, se alargan los sonidos
y hasta el sol me parece que para su carrera.
El deseo de verte se vuelve zarza espesa,
me enreda en sus espinas y no me deja andar,
me ahoga, me detiene, me desgarra, me pesa,
me aleja del momento de volverte a encontrar.
Sólo mi pensamiento galopa enloquecido,
agarrado a las crines del potro de la brisa,
vuela hacia ti y me trae tu recuerdo querido,
tu mirada, tu voz, la luz de tu sonrisa.
Pero es dulce la espera cuando eres tú el motivo;
las zarzas se harán flores cuando estés a mi lado
y sentiré que es poco todo cuanto he esperado
si puedo estar de nuevo de tus ojos cautivo.

Copyright José Luis Bermejo (El Seneka)
elseneka@hotmail.com

 

Que hermoso escrito, maravillosos, simplemente maravillosos.
La espera se hara dulce cuando su amor este a su lado, jejejeje.
Mis Saludos.
Diego Balestrini

 

Excelente manejo del alejandrino. Y excelente contenido, José Luis. Gracias por compartirlo.
Un abrazo.

 

Excelente, amigo... y excelente tema... como el tiempo se alarga y acorta dependiendo de nuestras propias expectativas... Un placer siempre, leerte.