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clavichembal

 

Sí, David, andas muy cerca de Hernández, sin duda alguna. Enhorabuena.

Un abrazo

Luis

 

Bellas letras...
Un placer leerte!
Besos

 

Es un poeta que he descubierto y tratado en profundidad
hace muy poco tiempo, sin duda, me ha impresionado
su estilo y su fuerza poética.

Amigo Luis, poeta, nos seguimos leyendo.

 

Te agradezco tu paso por mis letras,
Saludos, Tamoshka

Hasta pronto.

 

¡Ahí me has dao!
Perdón por el oportunismo.
El trabajo es más que exclente, pero es que además toca mi fibra sensible:
¡Miguel, el único, el irrepetible!
Enhorabuena, saludos y gracias.

 

Increíble. como no me iba a sumar a este mensaje hacía uno de los grandes. Yo que sólo llevo 15 años viviendo, leo a Miguel y me pregunto si de verdad esa España que el cuenta existió en este planeta. Me guardaré el enlace para leerlo con más atención.

Un abrazo.

 

Muchas gracias por tu comentario, compañero.
Yo agradezco que en nuestra tierra naciera
alguien de tan genial magnitud.

Saludos, elseneka, nos vemos pronto.

 

Gracias Meigo por pasarte por aquí.
España tiene muchas caras y españoles somos muchos.
Es triste la muerte del hombre que cree,
que sueña, que vive, que defiende...
hasta que otros hombres deciden cortarle las alas.

 

Poeta David Juan Rueda Márquez: Me da tanta alegría encontrar poemas como éste, tan elegantes, tan bien escritos, ¡tan poemas! ¿Acaso es el poeta, entre tantas bellas imágenes y metáforas que ennardecen, viendo en su España la lucha entre el progreso y el retroceso? Esa “nuestra patria” que en diálogo entre iguales -pero con cuánto respeto- el cantor la ve que huele, suda, y que inútilmente espera, con ciudades ciegas (¡¡¡)¹. Una patria que no es la misma. La de ahora, agoniza: “nos han construido el alma / justo encima de un molino de navajas”. Cuánto puedo ver esas Españas contrastadas y a la vez resumidas en el personaje: la de Miguel Hernández y la del poeta que lo elogia en el 2006. Aquella como el big y ésta como el bang: “la luna se aleja…/ las águilas emigran”. Cuán añorados los tiempos de la infancia, o mejor todavía, los de la infancia y juventud del poeta Hernández, los de su cuna, cuando doblado en la orilla del tiempo, en los terribles años de la España doliente, violenta, la de la década de los treinta, para muchos, época terrible. Y en esa añoranza de leche vuelta a las ubres, de oído puesto en la panza de las cabras dormidas, el poeta de las cabras, Miguel Hernández es el niño, es la tierra misma, es el credo, el que ha hecho inmortal a una tierra que a ratos lo incomprendió, lo llamó antinacionalista, pero que a fin de cuentas “sabe cuándo la muerte es injusta”…Como en las palabras de ese otro grande e inmortal, Don Pablo Neruda, quien lo llamó el rostro de España, de alpargatas y pantalón de pana, que vivía de pastorear las cabras. Y ahora, viendo hacia la eternidad representada por el mismo cielo bajo el cual se moviera el gran poeta, el cantor lo divisa como un benefactor, aún en el más allá. ¡Cuánto de Miguel Hernández en el paraíso celestial!, en palabras tan hermosas, tan sinceramente hermosas: “cada vez que sueño de tus venas mis palabras”. ¡Cuánto quiere el poeta que sus versos se conviertan en Hernández! Ante una historia tan complicada, tan sangrienta como la de aquella España, el poeta aquí juega con las palabras –palabras hermosas, tan sinceramente hermosas- escogiendo lo mejor entre sus versos claves para describir la vida de la palabra expresa en la obra de Miguel Hernández y lo que el poeta considera que es su lugar en este momento; alguien que ordeña apenas lo que en el gran Miguel Hernández eran balas de vida (no de muerte), llenas de destello, llenas de arrojo! Este poema reproduce el espíritu de admiración que un contemporáneo profesa hacia quien es tenido por uno de los más grandes creadores de la palabra de todos los tiempos en idioma castellano. Poeta Juan David, Miguel ha pasado el testigo. Ahora, te toca emprender la carrera por esa ruta no trillada, tampoco larga en extremo, pero sí fatigosa. Y tú la escogiste. Un abrazo fraternal.
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¹(¡¡¡) En ajedrez, cuando una jugada es excelente, se colocan signos de admiración. Yo lo
traigo a los versos tuyos, aparte de que todo el poema iría entre signos gigantes de
admiración.

 

Amigo Herbert, gracias por regalarme un comentario tan exquisito, y con tanta delicadeza de detalles. Veo que conoces la historia de Miguel Hernández, y además haces alarde de como saber expresar tales conocimientos. Me dejaste de piedra con tu comentario, poeta.
Por cierto, vuelves otra vez con el ajedrez, pasión que me vuelve loco el corazón y la mente. Cierto es, amigo Herbert, la jugada excelente en ajedrez es calificada con dos signos de interrogación. Estas hablando con un pequeño Mihail Thal, jeje.

Saludos, y un fuerte abrazo..
hasta pronto

 

Ay, David, qué maravilloso homenaje, tan sanguíneo y apasionadamente cotidiano.

Andará Hernández aplaudiéndote desde las estrellas. A mi no me queda más que ponerte las únicas que puedo.

Un gran abrazo y felicitaciones.

 

Sinceramente, da gusto encontrar un poema como este, que además de salir desde la más profunda admiración por Hernández, ha sido trabajado como se merece no solo Hernández, sino todos los que pretendemos tener algo que ver con la poesía.
No es nada común ver por aquí algo hecho con tiempo, esmero, trabajo...y es que mucha gente cree que la poesía es simplemente escribir las palabras según las dicta la intuición, pero HACER UN POEMA es mucho más que eso. Lleva mucho tiempo, el que tu te has tomado para crear algo bueno.

Un abrazo

 

Gracias Ciela, por tus palabras.
Tu apoyo es tan necesario, de verdad, muchas gracias.
Un abrazo, amiga, nos vemos en tus maravillosos cielos...

 

Gracias Monosílabo por tu atención.
El respeto hacia un grande, no merece otra cosa que tiempo
y más tiempo y sobretodo como bien dices trabajo.

Un abrazo.

 

La verdad es que sí, que está realmente bien, muy, muy bien.

Un poema con mucha calidad y mucha clase. Da gusto leer poesía así.

Vaya mi reconocimiento a estos versos, y por supuesto, a ti, tocayo, por tan buen trabajo.



Un cordial saludo y p'arriba este poema.

 

Muchas gracias Ernesto, por dejar por aquí tu valiosa opinión.
Te estoy muy agradecido.

Un saludo, ¡seguimos leyéndonos!

 

Brillante homenaje, David. Me ha encantado la riqueza de tus versos. Un saludo

 

Bienvenido Ramiro a mis versos.
Es un placer recibirte, nos seguimos leyendo por los foros.

Un cordial saludo.