Fruto deseado

Tu fruto
prohibitivo
prohibido y provocativo
está a la altura misma
de mis deseos.
Y no quiero ser
esa piedra
que magulle sus encantos
ni el ave
que pique y luego se aleje
para nunca más volver.

Quiero oler
esa pulpa
de virginal fragancia
y regustarla
lentamente
paladearla
y comerla
y sembrarla
para siempre
en cada uno de mis poros
que tiempo ha
ya laten de amor
por usted
mi núbil mujer.​

 

Una imagen que derrocha pasión y deseo se lee en cada línea, Ricardo.

Un poema digno de una magistral pluma.

Un cordial saludo.

Mariela

 

Mariela gracias por tu bello comentario y me encanta que te haya gustado mi poema.
Besos

 

Por lo visto eres un frugívoro compulsivo. Me gustó mucho tu poema. Abrazos de chocolate.

 

Yesenia

¿ Y Quièn no, ante tan deseado fruto?

Besos de Miel