Montañas de luz

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Bordados de un rocío que
se abre espacio entre la piel
para anunciar la fatiga.
Dulces de tanta miel,
y amargos de tanta ausente caricia,
surgen como alimento perfecto
de las ansias y los sueños.
Como joyas ocultas
y pacientes de deseo.
Son fruto del amor y
de tu esencia de mujer,
que en racimos,
le regala a la vida
tu distintivo más directo.
Como almohadas perfumadas
de azahares y de cielo,
como aire destilado
de lavandas y de besos.
Son canto del ángel vespertino,
montañas de luz, que en la noche
desatan la belleza para que
ande suelta e irreverente
por la tierra, inundando
y pariendo soles,
y asesinando tristezas.
Apretados de gozo,
hinchados de besos,
soñados de cielo,
llagados de miedo,
fecundos de vida,
maduros de empeño,
amados, profundos,
¡así son tus pechos!​

 

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Versos hermosos que perfuman con su aroma los pechos femeninos, en ellos nos desnudas sus virtudes.
Un deleite leerte.
Estrellas y un abrazo.
ana

 

Que lindos versos sobre todo a esos hermosos pechos que con buenas imagenes nos plasmas en tu poema , te envio estrellas

 

PRECIOSO!!
Me encantó el vuelo de tu pluma, las imágenes que creaste son mágicas!
Un gustazo leerte,
Chiqui.-

 

Gracias Chiqui! Gracias por traer a la memoria este viejo trabajo, ensayo de aprendizaje. Un abrazo muy muy fuerte, querida amiga. Daniel

 

PRECIOSO SIEMPRE AMIGO!!!!
Te abrazo con todo mi cariño...

 

Waooooo!!!!! Qué belleza Daniel, un placer encontrar tus letras.
Un gran abrazo

 

Gracias por rescatar este viejo poema. Gracias de corazón Daniel

 

El placer es entero mío, Mamen. Un lujo que me leas y comentes. Daniel

 

Gracias Fabi! Viniendo de una poestisa de tu talla es un doble mimo. GRACIAS! Daniel

 

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Hola,
Un distintivo femenino
que cumple una bella misión,
la de dar vida.
Un gusto leerte, bella descripción.
Saludos y estrellas
¡SONRIE!